Un plan estratégico de desarrollo a cinco o siete años, dinamizar la finca y por ende el municipio de Castellar de la Frontera, aprovechar sus recursos y ampliarlos con otras vías alternativas y convertir al latifundio en una fuente de ingresos y generación de empleo para el Campo de Gibraltar.
A grandes rasgos esos son los objetivos marcados por Florencio Alonso, el nuevo gerente de Almoraima SA, la sociedad que gestiona la finca chisparrera, quien esta mañana ha explicado las líneas generales de su mandato al alcalde de la localidad, Juan Casanova.
Una de las novedades que puede plantear el plan estratégico para la Almoraima puede ser la recuperación del camino que une a los municipios de Castellar y Jimena. De hecho, se va a elaborar en un plazo de quince días un protocolo de uso para que turistas y cicloturistas puedan utilizar ese camino y fomentar el turismo rural. Un protocolo de uso que, en cualquier caso, estará sujeto a autorizaciones medioambientales y del INFOCA, al discurrir por mitad de terreno virgen y arbolado.
El alcalde, Juan Casanova, entiende que el proyecto es "positivo" porque el plan estratégico está enfocado en la explotación definitiva de la finca. “Veníamos demandando un nuevo uso y un aprovechamiento de la finca que no diera la espalda al municipio donde se ubica. Estamos ilusionados y creemos que tenemos motivos para pensar que las cosas van a cambiar a partir de ahora”, aseguró el dirigente de IU.
Casanova entiende que las formas y también el interés que, hasta el momento, está protagonizando el nuevo gerente Florencio Alonso están muy lejos, de la deficiente gestión que a su criterio, llevó a cabo su antecesora Isabel Ugalde. “De momento parece que se están dando los pasos adecuados. Esperemos continuar en esta línea”, sentenció el regidor chisparrero.
