
El Gobierno de Theresa May ha afirmado que la mayoría de las importaciones de la Unión Europea quedarán exentas de la mayor parte de los controles en la frontera británica durante al menos tres meses si el Brexit se produce el 29 de marzo sin acuerdo.
El Tratado de Retirada rechazado en enero por la Cámara de los Comunes plantea un escenario de transición de 21 meses para que Reino Unido rompa con la UE, pero a día de hoy no se ha suscrito ningún pacto que impida un divorcio abrupto a corto plazo, con el riesgo que ello conlleva para el tránsito de personas y bienes.
Ante el temor manifestado por destacadas empresas, la oficina aduanera británica ha matizado que contempla protocolos de transición para las importaciones a través de veinte puertos británicos y del túnel que recorre bajo el mar el canal de la Mancha. Se trata de un plan susceptible de revisión en un plazo de entre tres y seis meses.
Hasta entonces, y de forma “temporal”, la oficina aduanera “permitirá a la mayoría de los bienes de los lugares citados dejar el puerto o la estación de tren antes de que nos digan que han llegado”, según una nota remitida a las empresas importadoras. Estas firmas solo deberán notificar las llegadas en el siguiente día laborable, y solo con un procedimiento simple, según este texto.