Lunes, 4 de Diciembre de 2023
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Un gobernador inglés cerró la frontera varios meses por su cuenta

  • La Verja de Gibraltar, en una imagen reciente antes de la epidemia. Foto SR
    La Verja de Gibraltar, en una imagen reciente antes de la epidemia. Foto SR
    Historia

    La grave situación de salud pública que se está viviendo con motivo de la pandemia de coronavirus y su relación con el corte provisional de fronteras, trae a colación otros referentes en relación con Gibraltar. Hay un caso muy peculiar que se produjo a raíz de la epidemia de cólera morbo producido en Inglaterra en 1853 y cuyo protagonista fue el gobernador inglés de la plaza Robert William Gardiner.

    Para que los efectos de la epidemia no alcanzasen a la colonia, Gardiner, de acuerdo con las autoridades españolas, ordenó establecer una cuarentena de ocho días a los buques procedentes de los puertos ingleses. Con ello, quedaría abierto el paso fronterizo.





    Sin embargo, una semana más tarde, sin previo aviso levantó la cuarentena y permitió la entrada de un barco procedente de Inglaterra. Como respuesta al libre antojo de Gardiner, las autoridades sanitarias españolas impusieron una observación de ocho días a las procedencias de Gibraltar, de aplicación ineludible por la Junta de Sanidad, entonces establecida en Algeciras.

    Con la misma desconsideración con que había permitido la llegada de nuevos buques sin control, el gobernador cerró la frontera unilateralmente, quedando las comunicaciones cortadas, en ambos sentidos, durante varios meses. 

    Así estuvo el paso fronterizo hasta que al jefe militar del Peñón se le ocurrió nuevamente abrir las puertas. No había sido por un interés sanitario: su orgullo se había sentido herido.




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