
Los periodistas que la pasada semana participaron en el Seminario organizado por la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar (APCG) en Edimburgo sobre Nacionalismo y Brexit, pudieron comprobar en sus encuentros, tanto con el cónsul general de España como con el representante del partido mayoritario, el Scotish National Party (SNP), que el asunto de Gibraltar en Escocia es un tema absolutamente marginal, cuando no poco apreciado.
Tanto el cónsul de España, Ricardo Martínez Vázquez, próximamente embajador en Berlín, como el diputado David Torrance, solamente se refirieron al Peñón al final de sus intervenciones de casi dos horas en ambos casos y porque se les preguntó expresamente por ello. En ningún momento hicieron alusión a Gibraltar por propia iniciativa.
Cabía esperar alguna referencia al respecto, dado que ambos interlocutores eran conocedores de la procedencia de los periodistas con los que se reunían, pero no hubo nada de eso. El cónsul señaló que Gibraltar apenas había estado presente en su agenda durante el año que ha estado destinado en la capital escocesa. Incluso cuando al diputado nacionalista se le preguntó expresamente, éste deslizó una respuesta algo desconcertante, pues vino a decir que la postura de los gibraltareños estaba aún muy cercana a los tiempos pasados del Imperio Británico, cosa que los escoceses no comparten, al menos desde su punto de vista.
Incluso cuando algún asistente al encuentro quiso incidir en la cuestión, una vez finalizado el acto, el diputado no mostró ningún interés en seguir con el asunto que se le planteaba.
Las preocupaciones del diputado nacionalista se centraban, indiscutiblemente, en las consecuencias que iba a tener el Brexit para Escocia, ampliamente partidaria de permanecer en la UE según los resultados del referéndum y la posibilidad de que una segunda consulta sobre la independencia obtuviera un resultado suficiente como para separarse del Reino Unido y solicitar el ingreso de nuevo en la Unión Europea.