Prudencia en Bruselas
La primera ministro británica Theresa May ha necesitado 5 horas para convencer a su propio gabinete para que apoye el acuerdo del Brexit, negociado en última instancia con la Unión Europea, aunque todavía queda el reto del Parlamento británico. Mientras tanto, Bruselas guarda prudencia y silencio al respecto.
“Creo firmemente con mi cabeza y mi corazón que esto es en el mejor interés de nuestra Reino Unido entero”, ha dicho Theresa May quien ha reconocido que ha sido un “debate largo, detallado y apasionado” y que el acuerdo de retirada es “lo mejor que podría ser negociado”.
Las críticas al acuerdo no han cesado a lo largo del día y en paralelo a la reunión del gabinete de Theresa May, por lo que se espera una sesión complicada mañana en el Parlamento británico. Los rumores sobre dimisiones crecen, los unionistas irlandeses adelantaron esta mañana que no apoyaría el acuerdo, a pesar de que sus votos serían necesarios, y los conservadores más duros amenazan con someter a la primera ministro a un voto de confianza parlamentario.
Por su parte, la reunión de embajadores de los veintisiete estados miembros de la Unión Europea para analizar el estado de las conversaciones sobre el Brexit concluyó hoy con "muchas cuestiones abiertas" sobre el acuerdo de retirada del Reino Unido.
Fuentes diplomáticas explicaron a la salida del encuentro que no han visto el texto del pacto y señalaron que aún quedan "muchas cuestiones abiertas" antes de poder sellar el divorcio entre Londres y Bruselas.