Miércoles, 31 de Mayo de 2023
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Así arranca 2023 en el ámbito económico

  • Imagen de Fernando Ros
    Por Fernando Ros y Alex Fusté
    Delegado de Andbank Private Banking en Sotogrande y Campo de Gibraltar (Alex Fusté, analista jefe)
    Valores financieros del Nasdaq
    Foro
    El nuevo año 2023 de un 2022 particularmente duro para los mercados, muy especialmente para los perfiles más conservadores. Caídas de dos dígitos en muy buena parte de las categorías de renta fija, desde High Yield, a la renta fija emergente.

    En la renta variable, el tono dominante ha sido también de pérdidas, con contadas excepciones (Latinoamérica, Reino Unido) y con China y los índices americanos entre los más castigados. Ha sido año de dispersión sectorial y de estilos: con petroleras entre las subidas y tecnológicas entre las que más bajan, con el estilo value primando sobre crecimiento.

    Materias primas de más a menos, con una caída desde los máximos de junio del 15%. Entre las divisas, ha sido otro año en positivo para el dólar, aunque tras una fuerte y generalizada revalorización, cedía terreno desde octubre con unos bancos centrales, más allá de la FED, en fase de restricción monetaria.

    China terminaba el año acelerando su reapertura, pasando de un enfoque más interno del cambio en la política de gestión del COVID (de relajación de los confinamientos), al restablecimiento de los viajes internacionales. Se han sucedido así las mejoras de estimaciones macro para el país, con un impulso esperado para la actividad económica a partir del segundo trimestre de año y rangos de crecimiento del 4,3% al 5,4% en 2023, aunque, a la fecha, las encuestas domésticas no muestran aún tanto optimismo.

    Si hablamos de crecimiento, en Europa, nos beneficiamos, al menos de corto plazo, de una mayor tranquilidad en el frente energético. Las altas temperaturas junto a una mayor producción eólica y nuclear están permitiendo a Europa afrontar el invierno sin apenas gastar sus reservas de gas: el 88% en Alemania, con la media de la UE superando el 83%. Desde máximos, el precio del gas ha recortado en más de un 70%, y está ya por debajo de los niveles previos a la invasión de Ucrania. Aunque los precios del gas aún no estén normalizados, sí parece alejado el escenario más adverso de escasez energética, y con ello de una recesión profunda en Europa. Mientras, en EEUU, unas encuestas que adelantan desaceleración económica, particularmente desde el lado de servicios, conviven con unos datos laborales de fuerte creación de empleo.

    A tenor de los últimos datos, la inflación podría empezar a perder el protagonismo del que ha disfrutado este año. Ya hemos visto cierta desaceleración de las tasas generales de IPC desde EEUU a España, Alemania o Francia. Pero son ahora las subyacentes las que centran la atención, ya que en ellas encontramos información de posibles efectos de segunda ronda, escenario a evitar, claramente, por parte de los bancos centrales y que de producirse nos llevarían a mayor restricción monetaria.





    FIN DE CICLOS

    La primera mitad de 2023 marcará, probablemente, el final de uno de los ciclos de endurecimiento monetario sincronizado más intenso de la historia. En este entorno de tipos altos de forma sostenida, con cesión de las lecturas de inflación, la renta fija ha tenido históricamente un comportamiento positivo.

    A favor de la renta fija, además, argumentos de posicionamiento: los hogares (al menos americanos) vinieron recortando su peso a favor de la renta variable y podrían tener ahora una oportunidad para reasignar su capital. Por otro lado, la valoración: las rentabilidades de los activos grado de inversión compiten bien con la de los mercados de renta variable. “Ventana de oportunidad” que se abre también para algunos plazos más cortos, con buen perfil de rentabilidad/riesgo. “En Europa, nos beneficiamos de una mayor tranquilidad en el frente energético „

    La inflación podría empezar a perder el protagonismo del que ha “disfrutado" este año. Si volvemos la mirada hacia la renta variable, pensamos que algunas de las inercias que trae el 2022 se mantendrán al menos en este inicio del año. Así, preferimos Europa frente a EEUU, valores del mundo value frente a los de crecimiento y valoraciones atractivas en emisores de calidad y elevado dividendo.

    Tras un año complicado, estadísticamente es más improbable que el siguiente también lo sea, si bien hay que estar vigilante porque la historia nos dice que en caso de ser negativo resultaría de mayores retrocesos que el anterior. Invita a la cautela el comprobar cómo los inversores aún mantienen una actitud de compra en las caídas. Para ver un suelo cíclico fiable necesitaríamos mayor escepticismo por parte de los participantes de mercado. Si 2022 fue un año de vender en las subidas de mercado, 2023 se antoja como un tiempo de comprar con las caídas.