Azopardi cambia de bando
Por Robert Vasquez
Abogado y periodista gibraltareño

Foro
- 23 Abr
No hay duda de que salvar vidas es de la máxima importancia y la más alta prioridad en este momento: eso es un hecho indiscutible. Tampoco hay duda de que proteger la democracia es también de enorme importancia. Keith Azopardi, el Líder de la Oposición, demostró el pasado día 20 su falta de comprensión de sus deberes como Líder de la Oposición y, al hacerlo, llevó a la Oposición a un callejón sin salida.
Ha socavado el mismísimo núcleo de la ya limitada democracia que existe en Gibraltar. Su anunciada asistencia y su participación en una reunión del Gobierno del GSLP demuestra que Gibraltar marcha de forma acelerada hacia la realidad de que nuestro sistema de gobierno, en cualquier caso, nos lleva a un estado unipartidista. Un hecho probado por los más de 40 años que el AACR pasó en el Gobierno. Participando en el gobierno de Gibraltar, de hecho, ha cambiado de bando.
Es correcto que la oposición GSD participe en consultas con el Gobierno, reuniones informativas y de planificación y, que exponga sus argumentos y opiniones. El objetivo es salvar vidas. Lo que no es correcto, en una democracia, es que el Sr. Azopardi participe en las decisiones del Gobierno, tenga o no voto. Las decisiones tienen que ser tomadas sólo por el Gobierno del GSLP y deben ser y permanecer bajo la responsabilidad exclusiva de ese Gobierno, para lo cual, en caso necesario, debe ponerse a la tarea.
Tan pronto como el Sr. Azopardi participa en las decisiones, forma parte del Gobierno. Para empeorar las cosas, ha admitido que el gobierno en la sombra del GSD apoya unánimemente un enfoque positivo y proactivo. ¿Significa esto que el gobierno en la sombra apoya su asistencia, participación y toma de decisiones en una reunión del Gobierno?
Si es así, la democracia en realidad ha desaparecido de Gibraltar. Tal vez los miembros del gobierno en la sombra puedan aclarar su posición sobre esta importante cuestión. Una cosa es apoyar el compromiso con el Gobierno. Otra es participar en la toma de decisiones.
Esto es especialmente así en una situación en la que todo está sucediendo a puerta cerrada. No hay reuniones abiertas del Parlamento en donde se pueda cuestionar públicamente cualquier cosa. Se nos pide que confiemos en que los que son elegidos harán lo correcto por nosotros, sin ninguna supervisión pública; en una democracia eso no puede ser correcto.
Además, si el Líder de la Oposición (con o sin el apoyo de otros diputados de la Oposición) ha sido parte de las decisiones del Gobierno del GSLP, él, o su partido, no puede cuestionar esas mismas decisiones una vez que el Parlamento se reúna. En resumen, no puede cumplir con su deber como Oposición: una piedra angular de la democracia. Uno de los peligros que resultan de un estado unipartidista es que el gobierno no puede ser obligado a rendir cuentas en público. El pasado día 20, el Sr. Azopardi se presentó «hombro con hombro» con Fabián Picardo en una conferencia de prensa convocada y dirigida por el Ministro Principal del actual Gobierno del GSLP. Eso ya es bastante malo, y una señal palpable de un estado unipartidista, pero había más y peor por venir. El Sr. Picardo anunció entonces que el Sr. Azopardi había asistido y participado en la reunión del Gobierno para discutir y decidir sobre los asuntos relacionados con la emergencia del Covid-19. Esto significa que cuando se reanude el Parlamento no habrá lugar para la supervisión parlamentaria de ninguna de las decisiones tomadas en esa reunión del Gobierno. Las preguntas en el Parlamento, y la supervisión por parte de éste, constituyen la única forma de democracia limitada que existe en Gibraltar. Es de esa manera como los asuntos se hacen públicos y son seguidos por la prensa. Ya no tendremos eso en el tema más serio con el que se enfrenta hoy el mundo: cómo se ha gestionado la pandemia del coronavirus. Todo está sucediendo a puerta cerrada. Sí, hay reuniones informativas diarias del Gobierno, pero la información que se proporciona, por muy extensa que sea, no puede ser cuestionada, en aspectos importantes, por la mismísima institución que existe para hacer este trabajo: La Oposición. El Sr. Azopardi dijo en la conferencia de prensa que una Oposición fuerte debe mantener «... su integridad política y continuar haciendo las preguntas difíciles que nuestra comunidad precisa en este momento crítico». Sí, muy cierto, ¿pero cómo Sr. Azopardi si Vd. mismo ha participado en la toma de esas decisiones? Hay un pequeño rayo de esperanza. El Sr. Picardo dijo: «Creo que es importante, a medida que avanzamos, que aprovechemos la oportunidad para ofrecer a Gibraltar una democracia altamente funcional...» Veremos cómo lo hace. ¿Están previstas para el futuro reformas parlamentarias y electorales? Sin ellas, la democracia que el Sr. Picardo promete será difícil de conseguir especialmente ahora, sin una oposición que funcione correctamente.
Además, si el Líder de la Oposición (con o sin el apoyo de otros diputados de la Oposición) ha sido parte de las decisiones del Gobierno del GSLP, él, o su partido, no puede cuestionar esas mismas decisiones una vez que el Parlamento se reúna. En resumen, no puede cumplir con su deber como Oposición: una piedra angular de la democracia. Uno de los peligros que resultan de un estado unipartidista es que el gobierno no puede ser obligado a rendir cuentas en público. El pasado día 20, el Sr. Azopardi se presentó «hombro con hombro» con Fabián Picardo en una conferencia de prensa convocada y dirigida por el Ministro Principal del actual Gobierno del GSLP. Eso ya es bastante malo, y una señal palpable de un estado unipartidista, pero había más y peor por venir. El Sr. Picardo anunció entonces que el Sr. Azopardi había asistido y participado en la reunión del Gobierno para discutir y decidir sobre los asuntos relacionados con la emergencia del Covid-19. Esto significa que cuando se reanude el Parlamento no habrá lugar para la supervisión parlamentaria de ninguna de las decisiones tomadas en esa reunión del Gobierno. Las preguntas en el Parlamento, y la supervisión por parte de éste, constituyen la única forma de democracia limitada que existe en Gibraltar. Es de esa manera como los asuntos se hacen públicos y son seguidos por la prensa. Ya no tendremos eso en el tema más serio con el que se enfrenta hoy el mundo: cómo se ha gestionado la pandemia del coronavirus. Todo está sucediendo a puerta cerrada. Sí, hay reuniones informativas diarias del Gobierno, pero la información que se proporciona, por muy extensa que sea, no puede ser cuestionada, en aspectos importantes, por la mismísima institución que existe para hacer este trabajo: La Oposición. El Sr. Azopardi dijo en la conferencia de prensa que una Oposición fuerte debe mantener «... su integridad política y continuar haciendo las preguntas difíciles que nuestra comunidad precisa en este momento crítico». Sí, muy cierto, ¿pero cómo Sr. Azopardi si Vd. mismo ha participado en la toma de esas decisiones? Hay un pequeño rayo de esperanza. El Sr. Picardo dijo: «Creo que es importante, a medida que avanzamos, que aprovechemos la oportunidad para ofrecer a Gibraltar una democracia altamente funcional...» Veremos cómo lo hace. ¿Están previstas para el futuro reformas parlamentarias y electorales? Sin ellas, la democracia que el Sr. Picardo promete será difícil de conseguir especialmente ahora, sin una oposición que funcione correctamente.