Miércoles, 31 de Mayo de 2023
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El clamor silencioso

  • Imagen de Juan Antonio Palacios
    Por Juan Antonio Palacios
    Escritor, profesor y político. Ha sido alcalde de Algeciras y vicepresidente de la Mancomunidad del Campo de Gibraltar.
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    Hay gritos que no dicen nada y silencios que son un síntoma de rebeldía. En estos tiempos de ruidos y estridencias, en las que todo lo que llega a nuestros oídos es a todo volumen, y nos vamos acercando peligrosamente a ser un mundo de sordos o con graves problemas de audición, el silencio tiene un gran valor en nuestras vidas. Qué sería de algunas grandes obras musicales, de excepcionales cantares o de magistrales discursos de líderes internacionales, sin la adecuada gestión de los silencios.

    Uno de los silencios mas clamorosos que conozco a lo largo de mi vida es el que sufre desde hace décadas nuestra Comarca, con el primer Puerto del Mediterráneo y el punto de entrada más importante en Europa de tráfico de drogas, con un tren que nunca llega, con un hecho tan singular como el de Gibraltar, pero que nadie nos ha explicado todavía qué medidas van a adoptarse para prevenir los efectos del Brexit, y no nos olvidemos que alrededor de 10.000 campogibraltareños viven a la sombra de la economía del Peñón.

    Tampoco nadie acierta a explicarnos con convicción, cómo una autovía como la Nacional 340, que es la más larga de España, ya que llega desde Barcelona hasta Vejer,  curiosamente, el único tramo que queda como carretera Nacional es desde dicha localidad hasta Algeciras.

    Creo que no podemos echarle a nadie la culpa de nuestro silencio, sino que hemos de asumir nuestra responsabilidad, por no haber sabido reivindicar con efectividad, tener fuerza en los escenarios de poder regional y nacional y ser capaces de potenciar que lo nuestro no es un problema local ni comarcal, sino crucial para la economía andaluza, española y europea.

    Desde el inicio de la democracia, la derecha ha intentado dejarnos sin voz e ignorar nuestra existencia, recordaremos todos cuando pregonaban en Andalucía aquello de “éste no es tu Referéndum” hasta las diferentes promesas que terminaron quedándose en nada. Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que si Felipe González no hubiera visto clara la necesidad de que la red del AVE comenzará por el sur, es posible que aún no estuviéramos en el mapa.





    Hoy tenemos la palabra, tenemos competencia y ejercemos el poder desde este Sur del Sur, de tal manera que nadie se atreve, salvo los torpes y esquizoides, el colocarnos y sumirnos en el silencio. Algunas veces nos amenazan e intentan meternos miedo, intentan situarnos en una carretera hacia el pasado o fabricarnos una leyenda de que el futuro es muy difícil o imposible.

    Tal vez lo que más fastidia, en el caso de nuestra Comarca, es cuando nos intentan tomar el pelo y nos dan voz para postular lo bueno e importante que somos, y se les olvida el tiempo tan enorme que hemos sido invisibles y silenciosos, y sobre todo incluirnos en los Presupuestos Generales del Estado. A veces la excusa ha sido el impacto medioambiental, en un lugar por el que cruzan anualmente cuarenta millones de aves, pero hay demasiado pajarraco suelto.

    Vivimos en un lugar privilegiado entre dos continentes, con dos Parques Naturales, con ese potencial económico sin aprovechar que es Gibraltar, ser residencia de la capital del viento de Europa como es Tarifa o del turismo de mayor alto standing del continente como es Sotogrande, por tanto con unas fortalezas que deberían ser un incentivo para poner fin a nuestras debilidades.

    Somos una tierra sin estrella pero con estela, un territorio que tenemos la personalidad que nos ha dado nuestra renta de situación y nuestras circunstancias, por tanto con voz propia y personal, que gracias a nuestro Puerto y nuestro Polo Industrial somos una importante parte del Producto Interior Bruto de Andalucía y además frontera Sur de Europa.

    Con el gobierno socialista de Pedro Sánchez se abre una puerta a la esperanza para resolver nuestros problemas, y darle un fuerte impulso a las infraestructuras pendientes, fundamentales para mantener e incrementar nuestro desarrollo. Es absolutamente necesario que sumemos esfuerzos, agentes sociales y económicos y fuerzas políticas, si no continuaremos quedándonos en los dichos y no pasaremos a los hechos. Si no superamos la visión local de nuestra realidad y entendemos que somos un tema de Estado, el futuro nos cogerá discutiendo las mismas cosas que el pasado.  

    Sé que el camino no es fácil, pero no podemos construirlo a base de olvidos y silencios, sino de voces y proyectos, de razones y reivindicaciones. Pero sobre todo no debemos olvidarnos que no somos un problema local, sino una oportunidad para el desarrollo de Andalucía, España y Europa. Si no somos capaces de escribir lo bueno y ser protagonistas de nuestra historia, otros se encargarán de hacer la crónica de lo malo y hablar por nosotros, para que continuemos en el clamoroso silencio.