De forma inesperada
Por Juan Antonio Palacios
Escritor, profesor y político. Ha sido alcalde de Algeciras y vicepresidente de la Mancomunidad del Campo de Gibraltar.

Juan Antonio Palacios. Foto: Sergio Rodríguez
Foro
- 07 Sep
Hay acontecimientos que nos suceden de forma inesperada. No lo teníamos planificado e impulsos, fogosidades y dinámicas nos llevan a situaciones que no teníamos previsto vivir y que de pronto estallan dentro y fuera de nosotros, como si se tratara de algo explosivo.
Entre encuentros buscados y enfrentamientos indeseados, nos encontramos con que todo se puede resolver o puede llegar a complicarse, y tomarnos las cosas con calma o a la tremenda en una línea en la que las cosas pueden ir empeorando o mejorando, sin saber muy bien porqué y de forma inesperada.
Hay quienes tienen suficientes méritos para como los grandes toreros salir por la Puerta Grande de las Plazas, y se quedan en su miserable egolatría, creyéndose triunfadores de sus derrotas , aupándose en sus pírricos logros, pero teniendo que escapar por una salida trasera sin que nadie les vea.
Podemos ser optimistas y audaces , lo que no resulta recomendable es mostrarnos temerarios e irresponsables., ya que nos pone en riesgos y peligros innecesarios , inflando globos que llegan a explotar o no siendo capaces de levantar hacia los cielos una cometa , entre la fantasía y la ilusión.
Comenzar nuestras jornadas con ganas y entusiasmo, es tener muchas papeletas para que terminemos con éxito, aunque no lo esperáramos. La buena predisposición, las horas llenas de vivencias y los sucesos interesantes nos invita a tomar iniciativas.
Tener miedo a lo inesperado es algo natural ,que nos ayudará a superar dificultades e incertidumbres y sabremos estar preparados para esas traiciones sorpresivas que intentan amargarnos al existencia y conspirar a nuestras espaldas.
Cada momento debemos estar atentos a no molestar cuando hablamos, pero ser reivindicativos en la reclamación de nuestras demandas. Casi de sorpresa en sorpresa nos damos cuenta que los dardos que lanzábamos hacia un blanco se vuelven contra nosotros como si de un boomerang se tratara. Vemos y sentimos como de un momento a otro lo que era buen rollo y sintonía se nos convierte en un periquete en la anticipación de un enfrentamiento, y lo constructivo se torna en destructivo, la artesanía en un oficio perdido, y la arboleda de un verde intenso en una mancha negra y quemada. A veces cuando mas perdidos y ahogados nos sentimos en el océano de la nada, siempre encontramos una generosa mano que nos lanza un salvavidas, y abrimos nuestras puertas para agarrarnos a la generosidad de los otros. En un pis pas nos sentimos desbordados de amor y pasión, o indiferentes ante las miradas vacías de quienes no transmiten nada. Vamos sintiendo a través del tiempo nuestra metamorfosis , de lo peor a lo mejor y viceversa, de ganar guerras sin librar batallas. Todo funciona hasta que se produce un ciberataque y nos quedamos en la más absoluta indefensión, sin poder operar en ningún sentido y con el riesgo de perder lo más preciado que tenemos la capacidad de atesorar información y poderla recuperar en el momento necesario y preciso. Hemos de tener cuidado para hacer un buen uso de las palabras, para no caer en la tentación de ser sectarios y perversos para que las empleemos con justeza y ni nos excedamos ni quedemos desbordados, para saber agradar a los demás desde nuestra identidades. Como diría Martín Luther King “nada se olvida más despacio que una ofensa y nada más rápido que un favor” , ya que debemos ser capaces de perdonar a quienes nos ofende y recordad a quienes nos tratan bien.
Cada momento debemos estar atentos a no molestar cuando hablamos, pero ser reivindicativos en la reclamación de nuestras demandas. Casi de sorpresa en sorpresa nos damos cuenta que los dardos que lanzábamos hacia un blanco se vuelven contra nosotros como si de un boomerang se tratara. Vemos y sentimos como de un momento a otro lo que era buen rollo y sintonía se nos convierte en un periquete en la anticipación de un enfrentamiento, y lo constructivo se torna en destructivo, la artesanía en un oficio perdido, y la arboleda de un verde intenso en una mancha negra y quemada. A veces cuando mas perdidos y ahogados nos sentimos en el océano de la nada, siempre encontramos una generosa mano que nos lanza un salvavidas, y abrimos nuestras puertas para agarrarnos a la generosidad de los otros. En un pis pas nos sentimos desbordados de amor y pasión, o indiferentes ante las miradas vacías de quienes no transmiten nada. Vamos sintiendo a través del tiempo nuestra metamorfosis , de lo peor a lo mejor y viceversa, de ganar guerras sin librar batallas. Todo funciona hasta que se produce un ciberataque y nos quedamos en la más absoluta indefensión, sin poder operar en ningún sentido y con el riesgo de perder lo más preciado que tenemos la capacidad de atesorar información y poderla recuperar en el momento necesario y preciso. Hemos de tener cuidado para hacer un buen uso de las palabras, para no caer en la tentación de ser sectarios y perversos para que las empleemos con justeza y ni nos excedamos ni quedemos desbordados, para saber agradar a los demás desde nuestra identidades. Como diría Martín Luther King “nada se olvida más despacio que una ofensa y nada más rápido que un favor” , ya que debemos ser capaces de perdonar a quienes nos ofende y recordad a quienes nos tratan bien.