Lunes, 20 de Marzo de 2023
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Gibraltar necesita una verdadera democracia

  • Imagen de Robert Vasquez
    Por Robert Vasquez
    Abogado y periodista gibraltareño
    Centinela de guardia en la residencia del gobernador del Reino Unido en Gibraltar. Foto Sergio Rodríguez
    Foro
    *Objetiva y subjetivamente, falta democracia

    *La supremacía individual por parte del ministro principal está asegurada

    *La recompensa son los títulos de nobleza

    *Las necesidades militares/de asuntos exteriores/de seguridad son imperativas con apoyo ministerial

    *Las necesidades civiles y militares, de asuntos exteriores y de seguridad requieren la armonización con todas las partes

    *Los ministros principales/gobiernos que no estén comprometidos son un ingrediente clave para defender los intereses civiles

    *«Volviéndose nativo» o «volviéndose guiri»[i]

    *La lealtad del gobernador a la Corona nunca debe cuestionarse

    *El actual gobierno del ministro principal, alentado por la Constitución, favorece a Westminster

     

    DEFICIENCIAS OBJETIVAS Y SUBJETIVAS

    Existe una clara necesidad de restaurar y mejorar la democracia en Gibraltar. Es una carencia lamentable desde un punto de vista institucional objetivo. Es aún más lamentable desde el punto de vista subjetivo y de los partidos políticos.

    La falta de iniciativa a la hora de buscar y realizar reformas garantiza el gobierno de un solo individuo, sea cual sea su color político. Antes fue Peter Caruana (ahora «sir») y ahora es Fabian Picardo (en algún momento probablemente «sir»), por delante de ambos estuvo Joshua Hassan (también «sir») a quien siguió Joe Bossano (también «sir»).

    CABALLEROS A LA VISTA

    Qué casualidad que todos ellos acaben como «sir», un honor concedido por la Corona del Reino Unido y, por supuesto, de Gibraltar.

    Resulta de enorme interés que el uso militar de Gibraltar por parte del Reino Unido, con el menor coste posible para el Tesoro de Westminster, sea una consideración primordial en gran parte de lo que ocurre en Gibraltar. Uno se pregunta cuánta cooperación quieren y dan esos «sirs» que alcanzan la embriagadora altura de ser el ministro principal de Gibraltar.

    Las consideraciones militares se unen a las de asuntos exteriores y de seguridad. Las primeras parecen ir en aumento en Gibraltar desde el Brexit. Lo segundo es lo que se busca en las conversaciones sobre el Gibexit. Esta última será una cuestión que se examinará en la investigación McGrail, pero está por ver hasta qué punto no se mantendrá en secreto.

    LOS INTERESES MILITARES, DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE SEGURIDAD DEBEN EQUILIBRARSE CON LAS NECESIDADES CIVILES

    Tanto el uso de Gibraltar por parte de los militares como para la política exterior y los intereses de seguridad nacionales de Westminster deben contar con el apoyo de todos y cada uno de los gobiernos en ejercicio de Gibraltar. Sin embargo, es imperativo que se establezca un equilibrio entre éstos y los intereses y el bienestar de la población civil.

    Se trata de una consideración especialmente importante en las actuales conversaciones del Gibexit entre el Reino Unido y la UE/España para encontrar un camino a seguir para Gibraltar tras el Brexit. La población civil de Gibraltar no debe sacrificarse en aras de las necesidades militares o de los intereses en materia de asuntos exteriores que involucran a España, como tampoco deben sacrificarse las necesidades militares en el proceso. Se está buscando una manera de salir de ese laberinto.

    La responsabilidad sobre la población civil recae en nuestros gobiernos electos, además de estar en manos de los gobernadores y subgobernadores de Gibraltar, todos ellos nombrados cada cierto tiempo. Ahora bien, las cuestiones de prioridades deben surgir periódicamente, aunque invariablemente se necesita un resultado equilibrado.

    EL SISTEMA DE WESTMINSTER Y LAS INCLINACIONES DEL GOBIERNO

    Cuando surgen estas cuestiones, la tendencia natural será que los gobernadores y vicegobernadores se alineen con los ministerios competentes del gobierno de Westminster, principalmente el Ministerio de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo y el Ministerio de Defensa. Es en esos momentos cuando cualquier ministro principal en ejercicio (y, de hecho, todos sus ministros) puede tener presiones contradictorias.





    Por un lado, la indudable lealtad a un Gibraltar británico y a la Corona; por otro, los intereses de la población gibraltareña. Se necesita una cuidadosa reflexión objetiva para tejer un camino que se adapte mejor a ambos intereses y no plantee dudas sobre la lealtad británica de Gibraltar.

    En esos momentos, lo que debe brillar es la independencia de cualquier ministro principal y de su Gobierno. Cualquier compromiso debe proteger a todas las partes en conflicto.

    LA INDEPENDENCIA MINISTERIAL ES PRIMORDIAL

    Si cualquier ministro principal y su gobierno se vieran comprometidos por cualquier motivo que menoscabara esa independencia provocando inclinaciones que beneficiaran a los militares del Reino Unido, a los intereses de la política exterior y/o a sus intereses de seguridad, entonces podría producirse un perjuicio para la parte civil que domina Gibraltar en la actualidad.

    Es importante evitar cualquier situación adversa de este tipo. Es poco probable que se pueda llegar a un compromiso, pero debe buscarse. Sin embargo, es necesaria una honradez y un autoexamen absolutos.

    Asimismo, teniendo en cuenta la responsabilidad constitucional del gobernador, el respeto mutuo entre un ministro principal y un gobernador es un elemento esencial para lograr lo que la Constitución desea, a saber, «paz, orden y buen gobierno». Eso es difícil de conseguir si no se vela por el bienestar de la población.

    Es un respeto mutuo que no debe provenir de ninguna «amistad» o «servilismo» por una u otra parte. Es el producto del respeto mutuo por la posición, las funciones y las lealtades obvias y las inclinaciones necesarias de cada uno.

    Si alguna situación no se resuelve, puede producirse un colapso en la gobernanza y en la poca democracia que tenemos. Es un acontecimiento que no haría ningún favor a los intereses militares, de política exterior o de seguridad.

    «VOLVIÉNDOSE NATIVO»

    Es en este contexto en el que describir a cualquier gobernador como «que se ha vuelto nativo» debe causar cierta preocupación. No puede ser cierto, cada titular de los cargos de gobernador y de ministro principal debe y necesita conocer y actuar de acuerdo con sus funciones constitucionales.

    Un gobernador o un vicegobernador, respectivamente, que son militares y diplomáticos del Ministerio de Asuntos Exteriores, tienen lealtades muy claras con la Corona y con Westminster que el concepto de «volverse nativo» desafiaría. Sencillamente, no existe.

    Esas funciones deben ser desempeñadas por uno de forma compatible con las funciones del otro y que permitan «la paz, el orden y el buen gobierno». No se trata de «volverse nativo» ni de lo contrario, que podría ser sugerir que un ministro principal «se ha vuelto guiri». Se trata de lograr el bien común de la mejor manera posible.

    EL MINISTRO PRINCIPAL «SE HA VUELTO GUIRI»

    En lugar de describir a un gobernador como alguien que «se ha vuelto nativo», lo que podría ser es exactamente lo contrario, que un ministro principal «se ha vuelto guiri». Eso llevaría también a la amistad que esporádicamente se describe con la frase de que un gobernador «se ha vuelto nativo», cuya imposibilidad ya se ha descrito.

    Cualquier vínculo entre el gobernador y el ministro principal es una relación de trabajo que debe evolucionar en ambas direcciones para salvaguardar sus respectivas responsabilidades y obligaciones constitucionales.

    FALTA DE EVOLUCIÓN

    Si no evoluciona debido a las circunstancias, una posibilidad es que un gobernador tenga ideas incompatibles con las de uno u otro ministerio de Westminster, entonces la salida del gobernador antes de terminar su mandato es un camino que atrae pero que casi nunca se toma. La lealtad se traduce invariablemente en conformidad.

    La presión para hacer lo «correcto» por lo que se percibe como el mejor interés de Westminster es, con razón, demasiado grande para que un gobernador se marche. Las circunstancias para ello deben ser tales que no pongan en tela de juicio dicha lealtad. Es un ingrediente que llevan incorporado todos los militares y diplomáticos de asuntos exteriores.

    PRESIONES CONTRA LAS REFORMAS FUNDAMENTALES

    Los actuales sistemas electoral y parlamentario favorecen el gobierno a nivel local de Gibraltar por parte de una sola persona, a saber, un ministro principal. Es una realidad que se ajusta a la ecuación que necesitan los ministerios de Westminster para lograr sus objetivos: base militar, seguridad y coexistencia pacífica con España.

    También juega a favor del ego de cada ministro principal en ejercicio. En consecuencia, la probabilidad de que se haga algo fundamental en esos frentes mediante amplias reformas constitucionales es ínfima. La falta de modificaciones constitucionales es perjudicial para la gobernabilidad de Gibraltar.

    Las voces solitarias seguirán haciendo campaña, pero la falta de un movimiento popular juega a favor de quienes se dedican a la política electoral para obtener el espaldarazo de «sir» delante de su nombre, y coincide con los deseos de los ministerios de Westminster. Pero eso no es motivo para rendirse. En cada elección hay destellos de esperanza, así que los pocos que quedan deben seguir empujando.

     

     
    [i] N. del T. «se ha vuelto guiri» y «volviéndose guiri» figura varias veces en español en el original