La oposición GSD es más que un fracaso
Por Robert Vasquez
Abogado y periodista gibraltareño

Sede del GSD en Gibraltar. Foto NG
Foro
- 13 Ene
*La oposición GSD fracasa bajo el liderazgo de Keith Azopardi
*El GSD debe admitir sus debilidades y actuar en consecuencia
*Muchos comentan la inactividad del GSD
*Los diputados de la oposición que no tengan otros compromisos deberían dedicar más tiempo a la política
*Las críticas al último blog subrayan las carencias de la oposición
*En Gibraltar reina el silencio en detrimento de la democracia
*La inactividad actual del GSD es un insulto a la democracia
*El perfil del GSD está ausente
*Dejar el camino fácil a cualquier gobierno en ejercicio hace sufrir a la democracia
*El GSD no debe empeorar las deficiencias electorales y parlamentarias por no ser capaz de actuar
*El GSD debe ser tan brutal como lo fueron los conservadores con Liz Truss
OPOSICIÓN INEFICAZ DEL GSD
Una medida de la extensión del nivel de democracia es la eficacia de una oposición en al menos dos ámbitos. Debe pedir cuentas a un gobierno mayoritario. También debe aspirar a gobernar y tomar medidas activas para lograr el gobierno en unas elecciones. El GSD de Keith Azopardi no hace ni lo uno ni lo otro, ni siquiera en el período previo a unas elecciones generales.
Está en boca de muchos, algunos de ellos observadores políticos serios, que los parlamentarios del GSD hacen poco, evitan decir nada y cobran unos sueldos que no se ganan por su dedicación a sus funciones como miembros del Parlamento.
El mayor elogio que recibe este bloguero es que su página es la única oposición que existe al Gobierno GSLP-Liberales a pesar de ser una actividad no remunerada.
LA REACCIÓN EVITA ENFRENTARSE A SUS FRACASOS
En el último blog publicado, este bloguero escribió que «todos nuestros diputados tienen importantes intereses e implicación en trabajos remunerados externos». La reacción de un diputado de la oposición a este bloguero ha sido que hay tres diputados que no tienen ningún otro trabajo remunerado. Puede que sea así, pero ¿tiene alguno de ellos «intereses sustanciales», por ejemplo pensiones de empleos anteriores o ahorros e inversiones?
Si tres de ellos no tienen ninguna otra fuente de dinero, se reconoce la pequeña inexactitud de ese blog, pero no afecta a la esencia del tema general tratado en ese artículo. Además, no cabe duda de que los diputados que de otro modo estarían desocupados dispondrían de más tiempo para promover el GSD en su búsqueda de gobierno, y apoyar así más plenamente el proceso democrático.
En cualquier caso, esta crítica es un cumplido, ya que lleva implícito el acuerdo con el contenido del artículo, pero no indica que el GSD vaya a hacer nada al respecto. No aborda las cuestiones centrales del post en cuestión publicado ayer, «Las normas parlamentarias son como el Salvaje Oeste». EL SILENCIO REINA ANTE LA PÉRDIDA DE DEMOCRACIA La idea central del argumento de ese blog es que en Gibraltar no existen salvaguardias independientes institucionalizadas contra el comportamiento ilícito o simplemente incorrecto de diputados o ministros. Es una situación que contrasta fuertemente con la realidad de Westminster, donde los escándalos son frecuentes a pesar de las salvaguardias. Afortunadamente, la prensa libre en el Reino Unido (también ausente en Gibraltar debido a la dependencia de sus ingresos por publicidad pública y la subvención a nuestro único canal de televisión) recoge los fallos que pasan por alto los encargados de la salvaguardia en el Reino Unido. Aquí no existe tal organismo independiente. Aquí reina el silencio en detrimento de lo que es la democracia, y sin embargo nadie rompe una lanza por ella. La oposición GSD deambula somnolienta creyendo que su única función es formular preguntas en las reuniones del Parlamento y no hacer su seguimiento, ni siquiera con comunicados de prensa o argumentos públicos on line. Parece que de las cenizas que es el actual GSD surge una excepción. Se trata de Damon Bossino. Ahora empieza a ser visible gracias a su actividad individual on line. LA INACTIVIDAD DEL GSD ES UN INSULTO A LA DEMOCRACIA La inactividad del GSD bajo el liderazgo de Keith Azopardi como partido se está convirtiendo en legendaria. Es un insulto a los votantes y, por tanto, a la democracia. Si llegan a ser elegidos para el gobierno por defecto, o por la creciente impopularidad de los GSLP-Liberales, que Dios nos ayude a la mayoría de nosotros, porque su ejemplo en la oposición es que hará poco en el gobierno. Es hora de que el GSD despierte y se ocupe de sus divisiones internas, desavenencias e insuficiencias, o de que se haga a un lado y deje un vacío que alguien llenará. El punto de partida es un cambio de liderazgo. Debe ir seguido de una promoción activa de metas y objetivos (que nadie sabe cuáles son actualmente), con un compromiso político continuo contra el Gobierno GSLP-Liberal. El GSD está tan relajado ahora que ni siquiera publica un periódico o un blog. Hacerlo on line es sencillo, pero el problema parece ser que sus diputados que cobran un sueldo tendrían que escribir artículos y hacer un seguimiento de las preguntas. Uno se pregunta si eso es demasiado trabajo para ellos, después de todo el líder de la oposición sólo recibe anualmente alrededor de 58.230 libras y cada diputado sólo alrededor de 34.594 libras (ha resultado demasiado difícil encontrar cifras actuales on line, por lo que se han utilizado las cifras de 2016). FALTA DE PERFIL ¿Cómo creen los diputados del GSD y sus militantes que el partido formará gobierno? El GSD no tiene perfil en el mundo real de los votantes. Tiene una presencia amorfa (por no decir invisible) que a veces aparece, pero la mayor parte del tiempo está en la sombra. Hay diputados del GSD que son virtualmente desconocidos a pesar de su paso por el Parlamento. En las últimas elecciones generales de 2019, el GSD presentó a sus entonces actuales diputados y a tres recién llegados al mundo político, Joelle Wahnon-Ladislaus, Alfred Francis Ballester y Orlando Yeats. El resultado era previsible, ninguno de los tres fue elegido, nadie sabía quiénes eran ni qué representaban. Los candidatos que presentará en las próximas elecciones no son nadie todavía, porque no han sido elegidos, por lo que no se les puede promocionar activamente. Se vuelve a cometer el mismo error, no se promociona activamente a las personas del partido. Un grupo de personas que no aprende de los errores difícilmente puede considerarse capaz de gobernar. LA DEMOCRACIA SE RESIENTE Cuanto más fácil se le deja el camino a un gobierno en ejercicio, más se resiente la democracia. Hay fallos sistémicos en los sistemas electoral y parlamentario que ya debilitan nuestra democracia, como se explica constantemente en este blog. No hay necesidad de que un partido, el GSD, empeore esas deficiencias por pura negligencia y actitud relajada en el desempeño de sus funciones individuales y colectivas. El GSD tiene la responsabilidad ante la democracia y los votantes de ofrecer una alternativa real. Puede hacerlo, pero no tal como está dirigido o estructurado actualmente. Sus altos cargos deben hacer algo al respecto y afrontar la situación. Es real. No es una ficción. Los conservadores fueron brutales con Liz Truss. La pusieron en el No 10 y la echaron y sustituyeron. Eso es política real, no menos que destituir a un Primer Ministro a las seis semanas de su nombramiento. Un cambio de liderazgo debe ir acompañado de un liderazgo real que una, renueve y revitalice el GSD. Esto no ocurrirá. No hay más que desunión y celos internos cuyo catalizador es el actual líder del GSD, Keith Azopardi. El GSD que espera gobernar porque es su turno, no hace ningún favor a la democracia.
En cualquier caso, esta crítica es un cumplido, ya que lleva implícito el acuerdo con el contenido del artículo, pero no indica que el GSD vaya a hacer nada al respecto. No aborda las cuestiones centrales del post en cuestión publicado ayer, «Las normas parlamentarias son como el Salvaje Oeste». EL SILENCIO REINA ANTE LA PÉRDIDA DE DEMOCRACIA La idea central del argumento de ese blog es que en Gibraltar no existen salvaguardias independientes institucionalizadas contra el comportamiento ilícito o simplemente incorrecto de diputados o ministros. Es una situación que contrasta fuertemente con la realidad de Westminster, donde los escándalos son frecuentes a pesar de las salvaguardias. Afortunadamente, la prensa libre en el Reino Unido (también ausente en Gibraltar debido a la dependencia de sus ingresos por publicidad pública y la subvención a nuestro único canal de televisión) recoge los fallos que pasan por alto los encargados de la salvaguardia en el Reino Unido. Aquí no existe tal organismo independiente. Aquí reina el silencio en detrimento de lo que es la democracia, y sin embargo nadie rompe una lanza por ella. La oposición GSD deambula somnolienta creyendo que su única función es formular preguntas en las reuniones del Parlamento y no hacer su seguimiento, ni siquiera con comunicados de prensa o argumentos públicos on line. Parece que de las cenizas que es el actual GSD surge una excepción. Se trata de Damon Bossino. Ahora empieza a ser visible gracias a su actividad individual on line. LA INACTIVIDAD DEL GSD ES UN INSULTO A LA DEMOCRACIA La inactividad del GSD bajo el liderazgo de Keith Azopardi como partido se está convirtiendo en legendaria. Es un insulto a los votantes y, por tanto, a la democracia. Si llegan a ser elegidos para el gobierno por defecto, o por la creciente impopularidad de los GSLP-Liberales, que Dios nos ayude a la mayoría de nosotros, porque su ejemplo en la oposición es que hará poco en el gobierno. Es hora de que el GSD despierte y se ocupe de sus divisiones internas, desavenencias e insuficiencias, o de que se haga a un lado y deje un vacío que alguien llenará. El punto de partida es un cambio de liderazgo. Debe ir seguido de una promoción activa de metas y objetivos (que nadie sabe cuáles son actualmente), con un compromiso político continuo contra el Gobierno GSLP-Liberal. El GSD está tan relajado ahora que ni siquiera publica un periódico o un blog. Hacerlo on line es sencillo, pero el problema parece ser que sus diputados que cobran un sueldo tendrían que escribir artículos y hacer un seguimiento de las preguntas. Uno se pregunta si eso es demasiado trabajo para ellos, después de todo el líder de la oposición sólo recibe anualmente alrededor de 58.230 libras y cada diputado sólo alrededor de 34.594 libras (ha resultado demasiado difícil encontrar cifras actuales on line, por lo que se han utilizado las cifras de 2016). FALTA DE PERFIL ¿Cómo creen los diputados del GSD y sus militantes que el partido formará gobierno? El GSD no tiene perfil en el mundo real de los votantes. Tiene una presencia amorfa (por no decir invisible) que a veces aparece, pero la mayor parte del tiempo está en la sombra. Hay diputados del GSD que son virtualmente desconocidos a pesar de su paso por el Parlamento. En las últimas elecciones generales de 2019, el GSD presentó a sus entonces actuales diputados y a tres recién llegados al mundo político, Joelle Wahnon-Ladislaus, Alfred Francis Ballester y Orlando Yeats. El resultado era previsible, ninguno de los tres fue elegido, nadie sabía quiénes eran ni qué representaban. Los candidatos que presentará en las próximas elecciones no son nadie todavía, porque no han sido elegidos, por lo que no se les puede promocionar activamente. Se vuelve a cometer el mismo error, no se promociona activamente a las personas del partido. Un grupo de personas que no aprende de los errores difícilmente puede considerarse capaz de gobernar. LA DEMOCRACIA SE RESIENTE Cuanto más fácil se le deja el camino a un gobierno en ejercicio, más se resiente la democracia. Hay fallos sistémicos en los sistemas electoral y parlamentario que ya debilitan nuestra democracia, como se explica constantemente en este blog. No hay necesidad de que un partido, el GSD, empeore esas deficiencias por pura negligencia y actitud relajada en el desempeño de sus funciones individuales y colectivas. El GSD tiene la responsabilidad ante la democracia y los votantes de ofrecer una alternativa real. Puede hacerlo, pero no tal como está dirigido o estructurado actualmente. Sus altos cargos deben hacer algo al respecto y afrontar la situación. Es real. No es una ficción. Los conservadores fueron brutales con Liz Truss. La pusieron en el No 10 y la echaron y sustituyeron. Eso es política real, no menos que destituir a un Primer Ministro a las seis semanas de su nombramiento. Un cambio de liderazgo debe ir acompañado de un liderazgo real que una, renueve y revitalice el GSD. Esto no ocurrirá. No hay más que desunión y celos internos cuyo catalizador es el actual líder del GSD, Keith Azopardi. El GSD que espera gobernar porque es su turno, no hace ningún favor a la democracia.