Martes, 28 de Noviembre de 2023
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No somos invisibles

  • Imagen de Juan Antonio Palacios
    Por Juan Antonio Palacios
    Escritor, profesor y político. Ha sido alcalde de Algeciras y vicepresidente de la Mancomunidad del Campo de Gibraltar.
    Juan Antonio Palacios
    Foro
    Aunque algunos poderosos quieran olvidarse de la existencia de sectores y colectivos sociales como las mujeres, los jóvenes o los mayores por poner tres ejemplos, hay que decir alto y claro que NO SON INVISIBLES. Están ahí, viven y demandan la cobertura de sus derechos y necesidades.

    Otra cosa muy diferente es que a muchos nos gustaría desaparecer a la vista de los demás y volvernos incorpóreos a los ojos de los otros ¿Se imaginan ustedes la cantidad de travesuras que podríamos hacer? 

    La cantidad de besos y abrazos que podríamos dar sin que nos conocieran o la infinidad de reuniones secretas en la que nos colocaríamos, empapándonos de todo aquello que solo está reservado a quienes manejan el mundo, y que intentan darnos gatos por liebres.

    La invisibilidad fue popularizada en la ficción allá por 1897, por H.G.Wells en su obra el hombre invisible, hasta las realidades digitales o los escudos actuales diseñados por distintas universidades ; y basados en la teoría metamateriales, cuyas propiedades electromagnéticas dependen de la estructura del objeto muchas han sido las mujeres y hombres que han aspirado a no ser vistos y poder hacer lo que les viniera en gana.

    En la actualidad, aunque nos parezca milagroso , es un deporte que practican algunos de nuestros hombres y mujeres de la política. Unos porque están y no hay quien los vea, escudados tras una imaginaria llamada de móvil, otros porque procuran no ser vistos y se esconden en las cuevas de su mediocridad y a los que ni se ve ni se les espera.





    También los hay , y más ahora a poco tiempo de las Elecciones, afectados por la obsesión fotográfica, saturan su imagen hasta el hartazgo y la gente los vuelve invisibles por saciedad, cansancio y hastío y aquellos que son los que realmente mandan y establecen las directrices sobre lo que hay y lo que no hay que hacer, los que manejan los hilos de algunos títeres que vemos, y que no les interesa ser vistos.

    Nos llama la atención , que lo que no sea vea , y por tanto pueda ser inmortalizado y rentabilizado, aparentemente no interese a los políticos. Así las obras , tan importantes como las de saneamiento y depuración, que suelen ser caras y costosas, y aparecen como invisibles para quienes dirigen los destinos de la comunidad, mientras que cualquier chorrada que podamos contemplar , sea presentada con frecuencia como un momento histórico o el proyecto del siglo.

    Asistimos en este gran teatro del mundo, al espectáculo que nos ofrecen algunos responsables públicos, más preocupados por el reflejo de su ego en las portadas, pantallas y ecos de las voces que profieren, ensimismados en las escenificaciones simbólicas de actos preparados para el momento, tan fugaces como un efecto luminoso.

    Son como un día interminable del lucimiento de actores, capaces de representar cualquier papel , con tal de seguir siendo los únicos protagonistas, en los que nadie reparan ni nada aportan, pero consiguen su gran objetivo, permanecer en los aledaños del poder.

    Nos produce extrañeza e indignación hasta lo increíble y la perplejidad , aquellos que en una carrera de empujones y codazos intentan en la desvergüenza, el cinismo, y la caradura ser quienes fueron ni serán capaces de ser, ocupar el espacio para que la gente sepa que son y están cuando nadie les ve, ni les oye.

    Estos mafiosos de la apariencia, utilizan todos los métodos más bajos y ruines como ejes de su actuación y credo, que son ellos mismos y sus intereses.