Otra vez se nos mueren los mayores
Por Patricio González
Político y escritor. Alcalde de Algeciras tres legislaturas. Ingeniero técnico naval

Foro
- 09 Sep
Esta segunda ola de la pandemia está entrando otra vez en las residencias de mayores. No hemos aprendido nada de nada. Parece que no se hayan muerto miles de mayores a causa del coronavirus. ¡Y son más de 20.000!
Cada día vamos conociendo cómo decenas de mayores se contagian en las residencias. Y tenemos que tener claro que el virus no viene solo. ¿No hay ningún protocolo para evitar que personas con síntomas o sin ellos entren en una residencia geriátrica?
Resulta inexplicable que esto vuelva a estar ocurriendo. Y resulta muy doloroso que esto que está ocurriendo ya ni siquiera sea noticia. Da la impresión que, al morir menos personas, ya no pueden ser portadas en los periódicos.
Nos estamos enfrentando, otra vez, a una tragedia que consiste en muertes a solas, sin posibilidad alguna de despedirse de sus familiares, de la indefensión de miles de ancianos que están viendo cómo una enfermedad se los come sin que nadie sepa qué hacer para poder evitarlo. Y ya está volviendo a suceder. Y tenemos que hacer algo. El Gobierno de España debería decir algo, de hacer algo, de ponerse en contacto con las comunidades autónomas y marcar la pauta que librase a nuestros mayores de una muerte triste y en la más absoluta soledad. Todos estamos aquí gracias a nuestros mayores y a sus esfuerzos y no podemos olvidar algo tan fundamental si queremos conservar nuestra condición de personas.
Nos estamos enfrentando, otra vez, a una tragedia que consiste en muertes a solas, sin posibilidad alguna de despedirse de sus familiares, de la indefensión de miles de ancianos que están viendo cómo una enfermedad se los come sin que nadie sepa qué hacer para poder evitarlo. Y ya está volviendo a suceder. Y tenemos que hacer algo. El Gobierno de España debería decir algo, de hacer algo, de ponerse en contacto con las comunidades autónomas y marcar la pauta que librase a nuestros mayores de una muerte triste y en la más absoluta soledad. Todos estamos aquí gracias a nuestros mayores y a sus esfuerzos y no podemos olvidar algo tan fundamental si queremos conservar nuestra condición de personas.