Retos y ritos
Por Juan Antonio Palacios
Escritor, profesor y político. Ha sido alcalde de Algeciras y vicepresidente de la Mancomunidad del Campo de Gibraltar.

Foro
- 19 Abr
Nos marcamos retos dentro de ritos en las que nos vamos y volvemos, iniciamos un proceso y terminamos caminos , construimos y reconstruimos, damos ordenes y obedecemos, anunciamos y denunciamos, extendemos y acortamos aceleramos y frenamos, entre presencias y ausencias
Plantearnos retos o seguir los ritos, no son en sí mismos ni malos ni buenos, lo peor es cuando los primeros se convierten en obsesiones, y los segundos en manías que están presentes en todos nuestros actos como si fueran una liturgia.
Cuando se gobierna , no puede formar parte de nuestros retos el crear problemas , sino todo lo contrario, o sea resolverlos. Pactamos para sumar y no para restar, tendemos la mano a nuestros adversarios y caminamos al lado con el que compartimos objetivos.
Los retos pueden ser los mismos , aunque los ritos y las etiquetas que les pongamos sean distintas , pero no debemos olvidar que los objetivos y propósitos sean idénticos. Tal vez los retos más coincidentes sean estar sanos y sentirnos seguros.
Otro de los grandes fines universales en los que solemos coincidir bastante tener unas cualidades excelentes, de las que podamos obtener el mejor rendimiento posible y que seamos capaces de disfrutarlo y contribuyamos de forma positiva al futuro de nuestra comunidad.
Y en el mundo en el que vivimos , repleto de problemas y obstáculos, aspiramos a tener una vida llena de oportunidades y libre de los efectos de la pobreza y la marginalidad . Para ello es deseable que seamos capaces de aprender visiones del mundo distintas a la nuestra y que nos ofrezca otros puntos de vista.
No debemos desaprovechar nada, entre ellos los incidentes cotidianos que nos pueden enseñar habilidades para resolver conflictos y aprender que el mismo problema se puede enfocar desde diferentes perspectivas. Manejarnos bien en el mundo y en la relación con los demás, es poner en funcionamiento nuestra empatía, escuchando realmente lo que nos dicen los demás, mostrar respeto y no juzgarlos a la ligera. Saber discutir, lo que el otro propone, su punto de vista, saber promover el espíritu de tolerancia y celebrar la diversidad. Hemos de procurar ni frustrados, ni abrumados, ni estresados, avanzar sin desfallecer. Ya que si caemos en cualquiera de esos pozos terminaremos agotados y quemados, y difícilmente podremos plantearnos retos positivos en un ambiente ritual que nos anime. Entre retos y ritos, hacemos de nuestras vidas una aventura interesante si nos mostramos creativos ante las diferentes situaciones, si somos originales en nuestros planteamientos y logramos sorprender a los demás, si con nuestra imaginación somos capaces de crear mil y una historias diferentes y si lo que ocurre en nuestro alrededor nos emociona de forma positiva. Uno de los grandes desafíos personales es poseer la magia suficiente y las ganas de vivir para transformar los peores momentos en los mejores, para encontrarle a todo su parte positiva, para hacer de una debilidad una fortaleza , para que el ser riguroso no nos impida el ser ameno. Tal vez lo que más merezca la pena es el reto que nos da más vida y energía, el doble juego de querer y ser querido. Los ritos son también importantes para disfrutar de ambas situaciones y respirar a pleno pulmón.
No debemos desaprovechar nada, entre ellos los incidentes cotidianos que nos pueden enseñar habilidades para resolver conflictos y aprender que el mismo problema se puede enfocar desde diferentes perspectivas. Manejarnos bien en el mundo y en la relación con los demás, es poner en funcionamiento nuestra empatía, escuchando realmente lo que nos dicen los demás, mostrar respeto y no juzgarlos a la ligera. Saber discutir, lo que el otro propone, su punto de vista, saber promover el espíritu de tolerancia y celebrar la diversidad. Hemos de procurar ni frustrados, ni abrumados, ni estresados, avanzar sin desfallecer. Ya que si caemos en cualquiera de esos pozos terminaremos agotados y quemados, y difícilmente podremos plantearnos retos positivos en un ambiente ritual que nos anime. Entre retos y ritos, hacemos de nuestras vidas una aventura interesante si nos mostramos creativos ante las diferentes situaciones, si somos originales en nuestros planteamientos y logramos sorprender a los demás, si con nuestra imaginación somos capaces de crear mil y una historias diferentes y si lo que ocurre en nuestro alrededor nos emociona de forma positiva. Uno de los grandes desafíos personales es poseer la magia suficiente y las ganas de vivir para transformar los peores momentos en los mejores, para encontrarle a todo su parte positiva, para hacer de una debilidad una fortaleza , para que el ser riguroso no nos impida el ser ameno. Tal vez lo que más merezca la pena es el reto que nos da más vida y energía, el doble juego de querer y ser querido. Los ritos son también importantes para disfrutar de ambas situaciones y respirar a pleno pulmón.