Silencio sobre el Gibexit
Por Robert Vasquez
Abogado y periodista gibraltareño

Verja de Gibraltar. Foto NG
Foro
- 15 Feb
*Continúan las conversaciones sobre el Gibexit pero reina el silencio
*Se progresa, pero sin un carácter definitivo
*El avance en Irlanda del Norte aumenta las esperanzas a pesar de las diferencias
*Gibraltar está acostumbrado a los controles fronterizos con el Reino Unido
*La soberanía debe salvaguardarse con disposiciones del tratado, no con aspectos prácticos
*Los beneficios de la geografía deben defenderse en cualquier tratado
*Los beneficios del tratado del Gibexit son claros, por lo que el potencial de fracaso de las conversaciones es lejano
*Hay que apoyar los esfuerzos de los gobiernos
*Los acuerdos provisionales son beneficiosos
TODAVÍA NO HAY TRATADO
Continúa el silencio ensordecedor que rodea las negociaciones del tratado del Gibexit. Las conversaciones entre el Reino Unido y la UE para acordar las relaciones de Gibraltar con la UE después del Gibexit siguen su curso.
Sin embargo, no se sabe nada sobre la finalización de ningún tratado, salvo que se está avanzando a pesar de que nada está acordado hasta que todo está acordado.
Es importante seguir apoyando al Gobierno en sus esfuerzos por lograr un tratado del Gibexit.
IRLANDA DEL NORTE
Los informes sobre posibles avances en las conversaciones sobre Irlanda del Norte arrojan una pequeña esperanza cada vez mayor de que también pueda estar a punto un tratado del Gibexit.
Las cuestiones y soluciones en cada caso serán y son muy diferentes, como han dejado claro públicamente todas las partes implicadas. Cualquier conexión que pueda existir es, por tanto, resultado de las emociones y no real o práctica, basada en el deseo de que los sentimientos de alcanzar o no un acuerdo no se extiendan al deseo de alcanzar o no el otro. SITUACIONES DIFERENTES Las sensibilidades en ambos casos son nacionalistas, pero una diferencia importante es que Irlanda del Norte está en el Reino Unido, mientras que Gibraltar no lo está. Es un factor que influye significativamente en lo que probablemente sea aceptable en Gibraltar pero puede no serlo en Irlanda del Norte. Las asociaciones con fuerza de Irlanda del Norte no toleran que surja una frontera con el Reino Unido continental. Gibraltar no tiene esa sensibilidad. Siempre ha existido una frontera entre Gibraltar y el Reino Unido. Es una frontera impulsada por leyes distintas y diferencias fiscales y aduaneras. No está motivada por cuestiones de inmigración, ya que todos los gibraltareños (en sentido genérico) son ciudadanos británicos. SOBERANÍA Una de las principales preocupaciones de los gibraltareños es quién controla la inmigración y las aduanas de entrada y salida, así como las implicaciones soberanas de ceder este control a España, que reclama la soberanía de Gibraltar. Desde el punto de vista emocional, Gibraltar no quiere que funcionarios españoles «con las botas puestas y pisando sobre el terreno» ejerzan controles sobre el acceso y la salida que se consideran sensibles desde el punto de vista de la soberanía. Sin embargo, la realidad es que lo que determina la soberanía no es la persona que ejerce el control. Son las disposiciones imperativas de los tratados y su aplicación, cuidadosamente definidas en cualquier tratado, las que establecen ese estatus, y deberán transponerse a la legislación. En consecuencia, hay que tener cuidado con lo que está escrito en el tratado, y con el recurso que proporciona a los afectados por las decisiones tomadas sobre el terreno en los puntos de entrada y salida de Gibraltar. Serán el tratado y las consiguientes definiciones y recursos legales los que protejan la soberanía de Gibraltar y la de cada persona que entre o salga de Gibraltar. GEOGRAFÍA Es una realidad geográfica que Gibraltar está unido a España, como es una realidad económica que Gibraltar se beneficia de esa característica natural en el número de visitantes que cruzan diariamente la frontera terrestre, pero sobre todo por el número de trabajadores que viven en España, muchos españoles, pero que apoyan la economía de Gibraltar como mano de obra. Existen otras ventajas, como el transporte y la fácil accesibilidad a lo esencial, pero éstas pueden sustituirse por alternativas con las que tiene que convivir cualquier isla del mundo. Es una cuestión de costes e infraestructuras. Lo que será difícil de sustituir es el impacto económico y el consiguiente perjuicio para las finanzas públicas que supondrá tener que adaptarse a una economía más insular. Es también ese coste el que repercutirá en la capacidad de Gibraltar para adaptarse y convertirse en una economía insular. ACUERDO DEL GIBEXIT La necesidad de un tratado del Gibexit en beneficio de ambos lados de la frontera es evidente. Por tanto, las probabilidades de que las conversaciones fracasen son escasas. El esfuerzo por llegar a un compromiso con cosas buenas y menos buenas para todas las partes continuará, pero no indefinidamente. Mientras tanto, Gibraltar se beneficia y sigue respirando en tiempos difíciles (por otras razones ajenas como la pandemia) de las concesiones informales en la frontera terrestre que han aplazado una caída por el precipicio del Brexit. Sin embargo, el tiempo se agotará en algún momento. Hay que evitar el precipicio y apoyar a nuestro Gobierno en sus esfuerzos por evitar que caigamos por él.
Las cuestiones y soluciones en cada caso serán y son muy diferentes, como han dejado claro públicamente todas las partes implicadas. Cualquier conexión que pueda existir es, por tanto, resultado de las emociones y no real o práctica, basada en el deseo de que los sentimientos de alcanzar o no un acuerdo no se extiendan al deseo de alcanzar o no el otro. SITUACIONES DIFERENTES Las sensibilidades en ambos casos son nacionalistas, pero una diferencia importante es que Irlanda del Norte está en el Reino Unido, mientras que Gibraltar no lo está. Es un factor que influye significativamente en lo que probablemente sea aceptable en Gibraltar pero puede no serlo en Irlanda del Norte. Las asociaciones con fuerza de Irlanda del Norte no toleran que surja una frontera con el Reino Unido continental. Gibraltar no tiene esa sensibilidad. Siempre ha existido una frontera entre Gibraltar y el Reino Unido. Es una frontera impulsada por leyes distintas y diferencias fiscales y aduaneras. No está motivada por cuestiones de inmigración, ya que todos los gibraltareños (en sentido genérico) son ciudadanos británicos. SOBERANÍA Una de las principales preocupaciones de los gibraltareños es quién controla la inmigración y las aduanas de entrada y salida, así como las implicaciones soberanas de ceder este control a España, que reclama la soberanía de Gibraltar. Desde el punto de vista emocional, Gibraltar no quiere que funcionarios españoles «con las botas puestas y pisando sobre el terreno» ejerzan controles sobre el acceso y la salida que se consideran sensibles desde el punto de vista de la soberanía. Sin embargo, la realidad es que lo que determina la soberanía no es la persona que ejerce el control. Son las disposiciones imperativas de los tratados y su aplicación, cuidadosamente definidas en cualquier tratado, las que establecen ese estatus, y deberán transponerse a la legislación. En consecuencia, hay que tener cuidado con lo que está escrito en el tratado, y con el recurso que proporciona a los afectados por las decisiones tomadas sobre el terreno en los puntos de entrada y salida de Gibraltar. Serán el tratado y las consiguientes definiciones y recursos legales los que protejan la soberanía de Gibraltar y la de cada persona que entre o salga de Gibraltar. GEOGRAFÍA Es una realidad geográfica que Gibraltar está unido a España, como es una realidad económica que Gibraltar se beneficia de esa característica natural en el número de visitantes que cruzan diariamente la frontera terrestre, pero sobre todo por el número de trabajadores que viven en España, muchos españoles, pero que apoyan la economía de Gibraltar como mano de obra. Existen otras ventajas, como el transporte y la fácil accesibilidad a lo esencial, pero éstas pueden sustituirse por alternativas con las que tiene que convivir cualquier isla del mundo. Es una cuestión de costes e infraestructuras. Lo que será difícil de sustituir es el impacto económico y el consiguiente perjuicio para las finanzas públicas que supondrá tener que adaptarse a una economía más insular. Es también ese coste el que repercutirá en la capacidad de Gibraltar para adaptarse y convertirse en una economía insular. ACUERDO DEL GIBEXIT La necesidad de un tratado del Gibexit en beneficio de ambos lados de la frontera es evidente. Por tanto, las probabilidades de que las conversaciones fracasen son escasas. El esfuerzo por llegar a un compromiso con cosas buenas y menos buenas para todas las partes continuará, pero no indefinidamente. Mientras tanto, Gibraltar se beneficia y sigue respirando en tiempos difíciles (por otras razones ajenas como la pandemia) de las concesiones informales en la frontera terrestre que han aplazado una caída por el precipicio del Brexit. Sin embargo, el tiempo se agotará en algún momento. Hay que evitar el precipicio y apoyar a nuestro Gobierno en sus esfuerzos por evitar que caigamos por él.