Tratado del Gibexit: indicios positivos
Por Robert Vasquez
Abogado y periodista gibraltareño

Patrullero marítimo de la Policía de Gibraltar. Foto NG
Foro
- 01 Sep
*El País recoge la opinión expresada por el Gobierno de Gibraltar
*Quita importancia a los incidentes en aguas territoriales británicas de Gibraltar
*Según El País, sólo quedan cabos sueltos antes de cerrar un tratado del Gibexit
*Sólo importa lo que es relevante en este momento
*La frontera ya no tiene sentido, según El País
*Afirma El País que la frontera es una 'línea' que cada vez más pierde sentido
*Las consideraciones militares, pueden no influir en la recién encontrada actitud española
*Los asuntos militares podrían mantenerse separados
*La pertenencia a la UE puede haber convencido a España de que nada se consigue por la fuerza y la separación
*El tratado del Gibexit aún puede hacerse realidad a pesar de los recientes incidentes militares y las elecciones españolas
¿AVANZA ESPAÑA EN SU PENSAMIENTO?
Un editorial de El País refleja la opinión expresada por el Gobierno de Gibraltar de que «La reciente racha de incidentes no debería tener ningún efecto sobre las positivas negociaciones que esperan el resultado de la investidura de un nuevo Gobierno en España.»
La «reciente racha de incidentes» se refiere al intercambio de protestas diplomáticas por los incidentes ocurridos en aguas territoriales británicas de Gibraltar en los últimos días. Lo de las «negociaciones positivas» es una referencia «a un resultado satisfactorio para todas las partes en las negociaciones del Tratado entre el Reino Unido y la UE para la libre movilidad de personas entre Gibraltar y la UE...». El País resta importancia a los incidentes en aguas territoriales británicas de Gibraltar calificándolos de nada inusuales. También es enormemente interesante que el editorial sugiera que sólo quedan «cabos sueltos» antes de que se alcance un tratado del Gibexit. Subraya «...lo relevante en el presente son los acuerdos que estaban en marcha», «la desaparición de una frontera que ya no tiene sentido» y «una línea que cada vez más pierde su significado». El énfasis se pone en las relaciones humanas más que en los aspectos militares. El editorial indica que un tratado del Gibexit está prácticamente hecho. El anuncio de un tratado simplemente espera a que un nuevo Gobierno español tome posesión, se asiente y retome el asunto desde donde lo dejó el último Gobierno elegido. EL PAÍS El País afirma que, «A falta de resolver los flecos que quedan pendientes de ese acuerdo [Gibexit] -que tendrá que ultimar el próximo Gobierno-, llama la atención, aunque forme parte de los protocolos diplomáticos, que la nota enviada por el Ministerio [español] de Asuntos Exteriores haga referencia a un tratado firmado en 1713». Continúa: «Es poco probable que los recientes incidentes sobre los que España ha llamado la atención tengan implicaciones para el pacto; pero añaden algo más de ruido a las relaciones entre los que están a un lado y al otro de una línea que cada vez más pierde sentido y que aplaza la búsqueda de soluciones que están al alcance de la mano.» También supone un cambio sustantivo de actitud en Madrid: «Lo importante de los acuerdos que estaban en marcha es lo relevante para el presente. Es decir, la desaparición de una frontera que ya no tiene sentido ni económica, ni socialmente -la Verja-, la libre circulación de personas y mercancías, el uso conjunto del aeropuerto, la equiparación de las pensiones de los españoles que han trabajado en la colonia con las de los gibraltareños, la lucha común por el medio ambiente.» GIBRALTAR AÚN PUEDE NO SUFRIR Parece que «fuerzas políticas externas a Gibraltar», principalmente consideraciones militares, pueden no influir en la recién encontrada actitud española hacia Gibraltar, tal y como se refleja en lo defendido por El País. Puede ser que los asuntos militares se mantengan separados y no incidan en el trato de España a la población civil de Gibraltar impidiendo un tratado que facilite la circulación de personas y mercancías. Puede que las necesidades militares en Gibraltar no queden cubiertas por un tratado del Gibexit, de ahí la necesidad de una mayor inversión del Ministerio de Defensa en Gibraltar. No podemos sino esperar y ver en todos los frentes. El panorama sólo se aclarará cuando haya gobierno en España y, posiblemente, después de nuestras inminentes elecciones generales. Parece que la pertenencia mutua a la UE desde 1985 ha tenido el efecto positivo de convencer a España de que la fuerza y la separación en la frontera no consiguen nada. Parece que un acuerdo sobre el Gibexit podría ver la luz y producirse, a pesar de los recientes incidentes militares en la Bahía y de cualquier cambio de gobierno político en España.
La «reciente racha de incidentes» se refiere al intercambio de protestas diplomáticas por los incidentes ocurridos en aguas territoriales británicas de Gibraltar en los últimos días. Lo de las «negociaciones positivas» es una referencia «a un resultado satisfactorio para todas las partes en las negociaciones del Tratado entre el Reino Unido y la UE para la libre movilidad de personas entre Gibraltar y la UE...». El País resta importancia a los incidentes en aguas territoriales británicas de Gibraltar calificándolos de nada inusuales. También es enormemente interesante que el editorial sugiera que sólo quedan «cabos sueltos» antes de que se alcance un tratado del Gibexit. Subraya «...lo relevante en el presente son los acuerdos que estaban en marcha», «la desaparición de una frontera que ya no tiene sentido» y «una línea que cada vez más pierde su significado». El énfasis se pone en las relaciones humanas más que en los aspectos militares. El editorial indica que un tratado del Gibexit está prácticamente hecho. El anuncio de un tratado simplemente espera a que un nuevo Gobierno español tome posesión, se asiente y retome el asunto desde donde lo dejó el último Gobierno elegido. EL PAÍS El País afirma que, «A falta de resolver los flecos que quedan pendientes de ese acuerdo [Gibexit] -que tendrá que ultimar el próximo Gobierno-, llama la atención, aunque forme parte de los protocolos diplomáticos, que la nota enviada por el Ministerio [español] de Asuntos Exteriores haga referencia a un tratado firmado en 1713». Continúa: «Es poco probable que los recientes incidentes sobre los que España ha llamado la atención tengan implicaciones para el pacto; pero añaden algo más de ruido a las relaciones entre los que están a un lado y al otro de una línea que cada vez más pierde sentido y que aplaza la búsqueda de soluciones que están al alcance de la mano.» También supone un cambio sustantivo de actitud en Madrid: «Lo importante de los acuerdos que estaban en marcha es lo relevante para el presente. Es decir, la desaparición de una frontera que ya no tiene sentido ni económica, ni socialmente -la Verja-, la libre circulación de personas y mercancías, el uso conjunto del aeropuerto, la equiparación de las pensiones de los españoles que han trabajado en la colonia con las de los gibraltareños, la lucha común por el medio ambiente.» GIBRALTAR AÚN PUEDE NO SUFRIR Parece que «fuerzas políticas externas a Gibraltar», principalmente consideraciones militares, pueden no influir en la recién encontrada actitud española hacia Gibraltar, tal y como se refleja en lo defendido por El País. Puede ser que los asuntos militares se mantengan separados y no incidan en el trato de España a la población civil de Gibraltar impidiendo un tratado que facilite la circulación de personas y mercancías. Puede que las necesidades militares en Gibraltar no queden cubiertas por un tratado del Gibexit, de ahí la necesidad de una mayor inversión del Ministerio de Defensa en Gibraltar. No podemos sino esperar y ver en todos los frentes. El panorama sólo se aclarará cuando haya gobierno en España y, posiblemente, después de nuestras inminentes elecciones generales. Parece que la pertenencia mutua a la UE desde 1985 ha tenido el efecto positivo de convencer a España de que la fuerza y la separación en la frontera no consiguen nada. Parece que un acuerdo sobre el Gibexit podría ver la luz y producirse, a pesar de los recientes incidentes militares en la Bahía y de cualquier cambio de gobierno político en España.