Miércoles, 31 de Mayo de 2023
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Regresa el despliegue ‘Dédalo-23’ tras dos meses y medio patrullando el Mediterráneo

  • El martes, día 28, atracarán en Rota el ‘Juan Carlos I’ y la fragata ‘Victoria’

    El Grupo ‘Dédalo-23’ en una imagen aérea durante su despliegue en el Mediterráneo. Foto ARMADA/ORP Rota
    El Grupo ‘Dédalo-23’ en una imagen aérea durante su despliegue en el Mediterráneo. Foto ARMADA/ORP Rota
    Defensa

    El próximo martes, 28 de marzo, se pondrá punto y final al despliegue’Dédalo-23’, con la llegada a la Base Naval de Rota del buque ‘Juan Carlos I’ y la fragata ‘Victoria’. Un despliegue que se inició el pasado 16 de enero con el objetivo de incrementar el adiestramiento de las unidades participantes y preparar su calificación y certificación para la incorporación en 2024 a la “NATO Readinees Initiative” (NRI).

    El Grupo, que ha permanecido dos meses y medio desplegados en el Mediterráneo, al mando del contralmirante Gonzalo Villar, se formó articulado en torno al ‘Juan Carlos I’, con una unidad aérea embarcada compuesta por aviones ‘Harrier’ AV8B+ y helicópteros de la 5ª y 10ª Escuadrillas, un Batallón Reforzado de Desembarco de Infantería de Marina, con más de quinientos efectivos, las fragatas ‘Victoria’ y ‘Blas de Lezo’, los buques anfibios ‘Galicia’ y ‘Castilla’ y el buque de aprovisionamiento de combate ‘Cantabria”, según la información difundida por el Cuartel General de la Flota.

    También contó inicialmente con un destacamento de helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, y, en una segunda fase, con el submarino ‘Tramontana’.

    El ambicioso despliegue ‘Dédalo-23’ ha permitido comprobar la capacidad expedicionaria de la Armada para proyectar una fuerza naval durante un periodo prolongado y lejos de sus bases, operando con otras armadas y agrupaciones OTAN en escenarios diversos, mostrando la capacidad de adaptación de sus unidades a situaciones imprevistas, tal como ocurrió tras el terremoto en Turquía y Siria, para prestar auxilio a la población afectada sin merma de sus capacidades operativas.

    Tras su salida de Rota se efectuaron operaciones anfibias a lo largo del litoral español en Almería, Cartagena y Mallorca. Entre el 23 y 27 de enero la acción se trasladó a las costas de Córcega y Tolón, para realizar operaciones anfibias con intervención de lanchas de desembarco LCM del Grupo Naval de Playa, lanchas rápidas “Supercat” y helicópteros SeaHawk SH-60B y SH-60F de la Flotilla de Aeronaves, que permitieron a más de trescientos cincuenta infantes de marina y cuarenta vehículos del Tercio de Armada proyectar el poder naval en un ejercicio sobre el territorio francés.

    El Grupo Expedicionario ‘Dédalo 23’ demostró su interoperabilidad con fuerzas internacionales, intercambiando sus helicópteros con los NH-90 del portaaeronaves francés “Tonerre”, al tiempo que un equipo conjunto de buceadores de combate hispano-francés realizaba reconocimientos hidrográficos previos a los desembarcos. Los buques españoles también realizaron ejercicios en la mar con los italianos ‘Duilio’, ‘San Giusto’ y ‘Thaon de Revel’ y con el destructor antiaéreo francés ‘Chevalier Paul’.

    Auxilio humanitario en Turquía

    El terremoto ocurrido en Turquía y Siria la madrugada del 6 de febrero modificaron radicalmente las previsiones operativas y el Grupo Expedicionario ‘Dédalo 23’ puso rumbo a la costa turca, alistándose para dar apoyo y ayuda humanitaria a la población afectada. Entre los buques se encontraba el ‘Galicia’, veterano en las operaciones humanitarias del huracán ‘Mitch’ en Centroamérica en 1998 y del tsunami de Indonesia en 2005.

    A la llegada a zona, el día 8 de febrero, concretamente al puerto de Atakas, se realizó un primer desembarco mediante lanchas LCM del Grupo Naval de Playa, que llevaron a la costa material diverso y equipamiento junto con un contingente de 184 Infantes de Marina y 13 vehículos. La versatilidad del contingente, que no estaba inicialmente diseñado para este género de cometidos, permitió su rápida adaptación para apoyar eficazmente con las capacidades disponibles a la población turca.

    Durante el periodo de presencia en la zona el contingente español realizó tareas de apoyo en la búsqueda y rescate de personas desaparecidas, rescatando a un niño de siete años y a un adulto de 70 años, el quinto y sexto día del terremoto cuando las esperanzas de encontrar supervivientes ya estaban desapareciendo, y a 30 fallecidos. Asimismo, desescombró una superficie de más de 4.200 metros cuadrados y ayudó a la apertura de viales en apoyo a los equipos de rescate.

    Los infantes de Marina apoyaron en la descarga de un centenar de aviones en el aeropuerto de Adana y de dos barcos con más de 1.800 toneladas de ayuda humanitaria en el puerto de Limak y colaboraron en la distribución de 3.600 toneladas de ayuda humanitaria, 100 metros cúbicos de agua y dos toneladas de ropa de abrigo. Además, entregaron 40 toneladas de sus propias existencias de agua embotellada y alimentos a través de agencias del Gobierno turco y ONG’s y montaron cinco campamentos para damnificados en apoyo de la organización turca de emergencias AFAD.

    También escoltaron a los diferentes convoyes logísticos y equipos de búsqueda entre el aeropuerto e Iskenderun, apoyando el montaje de seis campamentos para desplazados en las proximidades del puerto de Limakport y acondicionando un total de 8.000 metros cuadrados. Además, prestaron asistencia sanitaria de urgencia a 30 personas en las proximidades de la base avanzada en tierra.





    El 16 de febrero, una vez se dieron por finalizadas las necesidades de apoyo a la población civil y autoridades en la zona, el Grupo Expedicionario ‘Dédalo 23’ reanudó sus actividades programadas.

    NEPTUNE STRIKE

    Del 20 al 27 de febrero, el Grupo tomó parte en las tareas de vigilancia reforzada de la OTAN para tiempo de paz, enmarcadas en la actividad ‘Neptune Strike’. El ‘Juan Carlos I’, con sus aviones ‘Harrier’ AV8B y sus helicópteros, la fragata ‘Blas de Lezo’ y el 2º Batallón de Desembarco del Tercio de Armada colaboraron con medios navales, aéreos y terrestres de hasta otros catorce países aliados para demostrar la cohesión de la OTAN y poner a prueba sus capacidades aéreas y navales.

    Entre los participantes se contaban el portaaviones norteamericano ‘George H.W. Bush’ y el italiano ‘Cavour’, con cuyos aviones se integraron los ‘Harrier’ AV8B de la Armada. La actividad ‘Neptune Strike’ fue dirigida desde el cuartel general del ‘Naval Striking and Support Forces NATO’ (STRIKFORNATO) en Oeiras (Portugal), incluyendo misiones coordinadas entre los tres portaaviones en los cielos de Rumanía, Hungría, Croacia, Eslovaquia, Macedonia del Norte, Albania, Italia y Grecia.

    Además de la intensa actividad aérea, también se realizaron actividades anfibias multinacionales en el litoral albanés, lideradas por el 2º Batallón de Desembarco de Infantería de Marina, el mismo que apenas unos días antes protagonizó la asistencia humanitaria en la ciudad turca de Alejandreta tras el terremoto que asoló el sudeste de ese país y el norte de Siria.

    HEMEX ORION 2023

    El Grupo ‘Dédalo 23’ se unió posteriormente al ejercicio francés ‘HEMEX ORIÓN 2023’, junto con 29 buques y submarinos de ocho países aliados. Un ejercicio que simulaba un enfrentamiento a gran escala entre Fuerzas Armadas de capacidades similares a las propias. A lo largo de este año, el ejercicio se sucedió en varias fases, en las que las Fuerzas Armadas francesas y las de los principales países aliados se habitúan a operar en un conflicto que se libra simultáneamente en los ámbitos terrestre, marítimo, aéreo, espacial y cibernético, con una presencia final a lo largo del ejercicio de más de 20.000 militares.

    A la fase marítima del ejercicio, hasta el 3 de marzo, se unieron los grupos de portaaviones del ‘Charles de Gaulle’ y el Grupo Anfibio de la Armada francesa con los buques ‘Tonerre’ y ‘Dixmude’, similares al buque insignia español. El ejercicio se desarrolló con duras condiciones meteorológicas, bajo la borrasca ‘Juliette’, que dejó olas de más de ocho metros y viento de más de 100 km/h durante varios días.

    Finalmente el Grupo Expedicionario ‘Dédalo-23’, como parte de sus actividades programadas, lideró entre el 15 y 20 de marzo los ejercicios de la Fuerza Anfibia Hispano-Italiana junto a buques, aviones y unidades de infantería de marina del país transalpino.

    Esta fuerza anfibia es un marco de cooperación entre España e Italia, nacido en 1997, cuyo mando se ejerce de manera rotatoria entre ambas Marinas y actualmente corresponde al contralmirante español Gonzalo Villar.

    Los campos de maniobras de Torre Cavallo, Pedagne y Massafra, fueron el escenario para que 400 infantes de marina del Batallón Reforzado de Desembarco del Grupo ‘Dédalo-23’ desarrollaran un intenso programa de ejercicios con sus homólogos de la Brigada ‘San Marco’ de la Marina Militare italiana. Ambos contingentes compartieron acciones conjuntas de combate, poniendo a prueba tácticas, técnicas y procedimientos operativos para incrementar su interoperabilidad, incluyendo ejercicios de fuego real.

    Desde la mar tomaron parte en las maniobras, por parte española, el ‘Juan Carlos I’ y la fragata ‘Victoria’, y por parte italiana el buque anfibio ‘San Marco’ y el destructor ‘Andrea Doria’, que llevaron a cabo numerosos ejercicios en todos los ámbitos de la guerra naval. El componente aéreo corrió a cargo de los aviones ‘Harrier’ del ‘Juan Carlos I’, los ‘Harrier’ italianos del ‘Cavour’ y aviones ‘Eurofighters’ de la Fuerza Aérea italiana.

    El lunes 20 de marzo, finalizados los ejercicios, el Grupo hizo escala en Nápoles, donde recibió la visita de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, para poner posteriormente proa a Valencia y regresar, diez semanas después de su partida, a su Base en Rota el próximo martes, 28 de marzo.