España quiere que continúen las conversaciones, a pesar de la falta de avances

A estas alturas, sólo España y Gibraltar parecen tener alguna esperanza de alcanzar algún tipo de acuerdo respecto al futuro del Peñón en la Unión Europea y, de hecho, el ministro español Albares ha vuelto a pedir que se intensifiquen las negociaciones. El Reino Unido, por su parte, ha dado a conocer las nuevas inversiones que realizará en instalaciones militares en Gibraltar, precisamente en los dos puntos más conflictivos de las conversaciones, el puerto y el aeropuerto, lo que diluye aún más cualquier esperanza de acuerdo.
Sería muy complicado llegar a un acuerdo que implica la existencia de controles Schengen en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar, cuando en paralelo el Ministerio de Defensa británico anuncia inversiones millonarias en ambas instalaciones para potenciar aún más el condicionamiento militar de la colonia británica y ausentarse de cualquier compromiso respecto a los controles fronterizos que la UE exige.
Y esta diferencia entre Londres y Bruselas, siendo muy importante, no es la única. También están la cuestión fiscal, el equilibrio trasfronterizo de los impuestos, los impuestos especiales, el intercambio de información, el medio ambiente, los vertidos y rellenos, la jurisdicción y vigilancia de las aguas, etc. En realidad, todo lo que es importante y siempre lo ha sido y que permitiría a Gibraltar incorporarse como un territorio británico con una especial relación con la Unión Europea, siempre de la mano de España como estado miembro.
EL CONDICIONANTE MILITAR DE GIBRALTAR
El Reino Unido ha dejado ya muy claro que concede la mayor importancia estratégica a su base militar de Gibraltar, que es tanto como decir a todo el territorio de la colonia, ya que las instalaciones militares británicas están repartidas a lo largo, ancho y alto del Peñón. De hecho, Gibraltar viene soportando ejercicios militares británicos mensuales con soldados apostados en las calles comerciales y armas de fuego cuyos disparos alarman a los ciudadanos.
Con todo, el caso más evidente de condicionante militar de Gibraltar son las frecuentes reparaciones y tareas de mantenimiento que su puerto asume con respecto a submarinos nucleares británicos y estadounidenses y que, en los últimos tiempos, se han multiplicado para gran alarma de los grupos ecologistas de la zona, que los considera “bombas flotantes” que ponen en peligro a las poblaciones de alrededor de la Bahía de Algeciras y al tráfico marítimo. Gibraltar, incluso, ha realizado ejercicios de preparación para caso de emergencia por radiación pero en la zona española, a pesar de las peticiones ecologistas, no se han tomado medidas.
La presencia de submarinos nucleares estadounidenses en Gibraltar ha superado ya este año las del año pasado y, según informan a este medio fuentes expertas, desde el Reino Unido se anima a Estados Unidos para que aumenten su presencia militar y, en concreto, de submarinos nucleares en el Peñón.
LAS INVERSIONES MILITARES
El Reino Unido va a continuar su política de inversiones económicas para mejorar y ampliar sus instalaciones militares. Ahora anuncia la remodelación de la terminal militar del aeropuerto de Gibraltar de la RAF, con una inversión de 1,4 millones de libras. También contempla una remodelación de las instalaciones portuarias donde se basa el Escuadrón de la Royal Navy, con el aumento de pontones, mejora en los servicios de repostaje, etc.
Todas estas inversiones económicas y mejoras se añaden a otras recientes y conocidas, como la ampliación del centro de formación militar de Buffadero, la sustitución y modernización de los equipos de radar, de inteligencia y de comunicaciones del Peñón, etc.
ESPAÑA APUESTA POR CONTINUAR LAS NEGOCIACIONES
Ante esta situación, prácticamente solo España mantiene la esperanza en las negociaciones y, de hecho, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares reclamó ayer al vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, que se intensifiquen las negociaciones entre Reino Unido y Unión Europea porque, dijo, las conversaciones bilaterales entre Londres y Madrid “avanzan a buen ritmo”.
Pero, al final, el acuerdo debe ser entre Londres y Bruselas y, en lo que respecta a la UE, el propio Albares reconoció que tanto Sefcovic como él han estado “más o menos” de acuerdo en el análisis de la situación actual y que es al Reino Unido quien “ahora le toca terminar ese diálogo con la Comisión Europea”.
“Aunque nosotros tenemos la mejor voluntad y hay una propuesta global al respecto, es necesario que el Reino Unido la acepte”, concluyó.