El parlamentario del GSD Hammond ha advertido de los problemas que genera el carril bici en las calles del centro de Gibraltar, donde ya de por sí la circulación de vehículos y peatones es difícil sin que el gobierno gibraltareño impusiera un sistema que carece de vigilancia y control, con riesgo para los ciudadanos.
Desde hace ya varias semanas el carril bici está operativo en Gibraltar. Los turistas, residentes o trabajadores que acuden a Main Street y de Irish Town, las dos vías principales de la colonia, observan con cierta sorpresa la situación.
El portavoz de Transportes del GSD, Trevor Hammond, también es consciente del cierto caos que se vive y que podría provocar un accidente que, afortunadamente, no ha llegado. “La combinación de peatones, bicicletas y scooters y la falta total de aplicación para evitar el uso de estos últimos fuera de los tiempos permitidos han llevado al caos”.
Hammond, admite que no quiso reaccionar al principio para comprobar lo que sucedía, pero el tiempo parece que le ha dado la razón. "He evitado deliberadamente hacer comentarios sobre la situación en Main Street y Irish Town para darle al gobierno la oportunidad de demostrar que su esquema de carril bici puede funcionar”.
Sin embargo, añade el parlamentario, “lo que se ha demostrado es que no solo el esquema no funciona, sino que se ha permitido desarrollar una situación peligrosa debido a una falta total de recursos aplicados a la vigilancia del esquema. Ahora tenemos que ciclistas y scooters utilizan los carriles para bicicletas mal definidos a todas las horas del día , con cierta velocidad y, a menudo, en la dirección equivocada y con total desprecio por la seguridad de los peatones”. Que no haya ocurrido nada casi es fruto de la casualidad.
Si bien el principio de los carriles para bicicletas es sólido, indica el representante de GSD “debemos estar estudiando cómo separar a los ciclistas del tráfico y de los peatones. La seguridad es primordial y el esquema actual simplemente no proporciona esto”.
Para empeorar las cosas, el nuevo fenómeno de los scooters motorizados, que parecen estar fuera de la ley pero que viajan a gran velocidad donde elijan sus pilotos, carreteras, pavimentos o zonas peatonales, parece ser completamente ignorado por las autoridades. “La mayoría llega a la frontera sin hacer preguntas. El gobierno debe establecer la posición legal de estos vehículos con urgencia y antes de que alguien resulte gravemente herido”.
