Espera concesiones de la UE
A la espera de algunas concesiones de última hora por parte de la Unión Europea, a pesar de las reiteradas negativas anteriores de Bruselas, la primera ministro británica Theresa May llevará el acuerdo del Brexit a su Parlamento el próximo día 15, después de un fin de semana en el que ha vuelto a advertir de las consecuencias de una salida dura de Europa.
May ha programado para el 15 de enero la fecha para que la Cámara de los Comunes vote el Tratado de Retirada, que marca la “hoja de ruta” negociada para la salida del país de la Unión Europea, según la BBC. La votación iba a celebrarse a mediados de diciembre, pero la evidente falta de apoyo parlamentario forzó a la primera ministra a modificar su plan inicial y aplazar sin fecha determinada este trámite imprescindible para que continúe el proceso. Para cumplir con los plazos, el sí de la Cámara de los Comunes debe ser antes del 21 de enero.
Los diputados reanudarán este miércoles el debate sobre el tratado negociado con Bruselas y esperan que May desvele si ha conseguido aclaraciones suficientes de la UE como para facilitar la aprobación del texto en los Comunes, donde el Partido Conservador en el Gobierno no cuenta con mayoría absoluta y se enfrenta también a la oposición de los críticos de su grupo parlamentario y de sus socios del Partido Democrático Unionista (DUP) norirlandés.
No está claro que May lo consiga y, de hecho, la UE ya se ha referido a que no piensa cambiar, para nada, el texto jurídico del tratado negociado, aunque sí a hacer las aclaraciones que sean necesarias, como ya le pasó a algunos estados miembros comunitarios que mostraron su disconformidad con el articulado, entre ellos España.
A pesar de ello, la premier Theresa May confía en lograr concesiones de última hora por parte de la Unión Europea. La UE podría ofrecer un compromiso para cerrar las negociaciones del futuro acuerdo comercial entre Londres y Bruselas en el 2021, al término del período de transición post Brexit, lo que haría innecesaria la activación de la "salvaguarda" irlandesa, que es uno de los principales obstáculos para obtener el sí parlamentario.
