
Histórica y humillante derrota de la primera ministro británica en su propio Parlamento que ha rechazado con 230 votos de diferencia la propuesta del Acuerdo de Retirada de Europa pactado entre Londres y Bruselas. Theresa May se lleva, además, una moción de censura presentada por el partido laborista y de la que deberá defenderse mañana miércoles.
Los peores augurios se han confirmado y los diputados británicos han votado 432 en contra y 202 a favor del Acuerdo de Retirada de Europa propuesto por el Gobierno del Reino Unido, tras su negociación de año y medio con Bruselas. La fuga de los unionistas norirlandeses, socios de gobierno, pero sobre todo de 118 parlamentarios conservadores, que es el partido de Theresa May, han propiciado tan mayúscula derrota, la más grande para un Gobierno británico en toda su historia parlamentaria.
La derrota ha venido acompañada, como también se venía anunciado, con la moción de censura presentada por el líder laborista Jeremy Corbyn y de la que Theresa May se defenderá mañana a primera hora de la tarde. No obstante, esta moción de censura tiene menos posibilidades ya que el portavoz del DUP (los unionistas y socios de gobierno) ya han anunciado que apoyarán a May porque “no queremos un cambio de gobierno, queremos un cambio de la política”.
En caso de que esta moción de censura prosperara, el gobierno todavía dispondrá de 14 días para obtener un voto de confianza y, sólo en caso de que no lo obtuviera, se convocarían elecciones generales. En realidad, una derrota de estas características conllevaría en circunstancias normales la renuncia del primer ministro, pero la señora May ya ha dejado clara su intención de continuar.
De hecho, Theresa May ha dicho que espera llevar un plan alternativo a la Cámara de los Comunes el próximo lunes (el famoso Plan B exigido por el Parlamento y que la propia May negaba), siempre y cuando sobreviva a la moción de censura, claro.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que lamentaba el resultado de la votación e instó al gobierno del Reino Unido para "aclarar sus intenciones con respecto a sus próximos pasos tan pronto como sea posible".
Porque el problema, además de la evidente crisis parlamentaria y de gobierno que vive el Reino Unido, es qué va a pasar ahora con el Brexit y, en realidad, nadie lo tiene claro. Existen varias posibilidades, pero ninguna parece contar con el respaldo social y político suficiente, como se podrá comprobar ahora cuando, tras la derrota del Acuerdo de Retirada, el bloque contrario a May se rompa ante su moción de censura, porque en los 432 votos contrarios actuales hay desde quienes no quieren el Brexit hasta quienes lo que quieren es un Brexit más duro.
De momento, este varapalo puede ser solo un aplazamiento más o el principio de un recorrido mucho más peligroso para el Reino Unido, Europa y, por supuesto, Gibraltar.