
Como consecuencia de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, que ya tiene fecha término el próximo 31 de enero, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha pedido oficialmente al Gobierno del Reino Unido la trasferencia de competencias necesarias para celebrar un segundo referéndum de independencia, cuestión con la que ya venía advirtiendo durante todo el proceso del Brexit.
La exigencia la ha hecho formalmente hoy, justo antes del Discurso de la Reina Isabel II que va a marcar la agenda legislativa del nuevo gobierno británico y que ha venido a confirmar el plan de Boris Johnson para acometer el Brexit como una prioridad y cumplir con las fechas previstas.
Sturgeon, que ya venía advirtiendo con la posibilidad de pedir un segundo referéndum de independencia en Escocia si se confirmaba el Brexit, ha cumplido finalmente sus amenazas y hoy lo ha hecho de manera oficial, con una carta y un informe de 38 páginas dirigidos al primer ministro británico y reclamando la consulta como “un mandato indiscutible en una democracia”.
El argumento principal de Sturgeon para exigir este segundo referéndum (el anterior se celebró en 2014) es “el cambio material de circunstancias” como consecuencia del Brexit, ya que existe "la posibilitad de que Escocia abandone la UE contra su voluntad”.
Como era de prever, Boris Johnson se ha manifestado en contra --es una “dañina distracción”, ha dicho-- y previsiblemente rechazará cualquier negociación al respecto, teniendo en cuenta la proximidad del anterior referéndum.
Nicola Sturgeon, que ya contaba con la oposición del Gobierno de Londres, se ha manifestado dispuesta a recurrir a los tribunales “para evitar que Escocia se quede la en prisión del Reino Unido contra su voluntad".