
La Reina Isabel II ha fallecido en la tarde de este jueves en el castillo de Balmoral a los 96 años de edad. Hasta allí han viajado los príncipes Eduardo, Andrés y Guillermo tras haber viajado en avión y aterrizar en Aberdeen tras la noticias de los médicos, que pasadas las 12,30 horas manifestaron su preocupación por el estado de la monarca más longeva de la historia de Inglaterra, con siete décadas de reinado.
Así, los cuatro hijos, el príncipe Carlos de Gales, la princesa Ana, el príncipe Eduardo, conde de Wessex, y el príncipe Andrés, duque de York, viajaron a la residencia de Balmoral para acompañar a su madre ante el empeoramiento estado de salud de la Reina.
Desde que la Casa Real Británica hiciera público en un comunicado el delicado estado de salud de la Reina, numeroso público, a pesar de la lluvia, se han ido acercando a las puertas Balmoral o del Palacio de Buckingham, que ya a primera hora de la tarde anunciaba la suspensión del tradicional cambio de guardia para el viernes, lo que auguraba que las noticias no eran buenas.
Igualmente, desde ese momento han sido numerosas las muestras de ánimo de diferentes líderes mundiales, como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, o el presidente Biden de Estados Unidos, que manifestaba que sus pensamientos estaban con la Reina y su familia. También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, envió un mensaje de apoyo a la Reina Isabel II, a la que definió como una "leyenda" de Europa.
La Reina llegó al trono en 1952 y fue testigo de un enorme cambio social. Con su muerte, su hijo mayor Charles, el ex Príncipe de Gales, encabezará el luto del país como nuevo Rey y jefe de estado de 14 reinos de la Commonwealth.