Propone una zona de circulación común entre Gibraltar y la UE

Joseph García, viceministro principal de Gibraltar, ha vinculado la prosperidad de la zona a la fluidez del tránsito fronterizo por la Verja, según ha explicado durante su intervención en Bruselas, en el Centro de Política Europea (EPC por sus siglas en inglés).
Este “grupo de reflexión independiente”, como se autodefine el EPC y del que forman parte, entre otros, los gobiernos de Cataluña y Gibraltar y que cuenta en su Consejo Estratégico con el director en Europa de la Open Society, del magnate George Soros, resultó un escenario propicio para que el segundo de Picardo denunciara que Gibraltar se había sentido, a menudo, “agraviado” y que esperaba que las políticas del “conflicto y la confrontación” diesen paso al “diálogo y la cooperación”.
Expuso las ocasiones que, a su criterio, la UE había decepcionado a Gibraltar durante las negociaciones para abandonar la Unión Europea y a partir de entonces. Se refirió a las directrices de negociación de 2017 que daban a España un segundo veto, a la exclusión de Gibraltar de los planes de contingencia para un Brexit sin acuerdo de la UE, a la inclusión de la palabra “colonia” en el Reglamento relativo a los visados y a la exclusión de Gibraltar de las negociaciones sobre el futuro por parte de la UE. En relación con Gibraltar, afirmó que “todo vale” y añadió que esto “representa nada más ni nada menos que el sometimiento de un pequeño territorio por parte de una enorme organización supranacional”.
Tras recordar, como es habitual, el cierre de la Verja y al “dictador español” argumentó que la reapertura de la frontera sentó las bases para el desarrollo de una relación económica entre ambos lados, que ha prosperado mientras Gibraltar estaba en la Unión Europea y que no debería quedar en entredicho ahora que el Peñón deja la UE al final del periodo de transición.
Expuso el conocido argumento de los trabajadores transfronterizos y de los 1.500 millones de euros anuales que, dijo, España exporta a Gibraltar. Pero no sólo reivindicó un paso fluido para estos trabajadores transfronterizos, sino también para los residentes gibraltareños y para los turistas.
“La manera en la que las personas y los bienes crucen la frontera después del 31 de diciembre de 2020 resulta fundamental para incrementar el nivel de prosperidad compartida que ya existe”, explicó García, añadiendo como posible solución la existencia de una zona de circulación común entre Gibraltar y la Unión Europea.