Los inmigrantes permanecen en la prisión de Windmill Hill

Gibraltar se ha encontrado con dificultades para la repatriación de dos inmigrantes con pasaporte de Marruecos, que las autoridades policiales de su país no han aceptado y que, ahora, permanecen recluidos en la prisión gibraltareña de Windmill Hill, a la espera de una solución que podría no llegar hasta, por lo menos, el mes de septiembre.
Gibraltar no cuenta con instalaciones específicas para acoger inmigrantes irregulares y son directamente enviados a la cárcel, donde permanecen en custodia acusados de entrada ilegal y, en la mayoría de los casos, pendientes de repatriación a su país de origen, si puede demostrarse ese origen y siempre que sean aceptados. En este caso, como en otros anteriores que incluso llegaron a suponer más de un año de permanencia en la prisión ---como le ocurrió a un grupo de argelinos-- el país de origen no los ha aceptado, generando un problema a las autoridades gibraltareñas.
Como explicaba el comisario de policía Richard Ullger al periódico local Gibraltar Chronicle la semana pasada, los dos marroquíes fueron devueltos a la prisión, pero vencía la orden de repatriación dictada por el Gobernador británico y no había servicio de ferry con Tánger hasta el mes de septiembre, todo ello suponía un problema y un “reto operativo” que demoraría la solución más de lo esperado.
El comisario Ullger calificó el incidente de “desafortunado”, en esas mismas declaraciones al Chronicle. “Cuando llegaron a Marruecos, la inmigración marroquí dijo que no podía aceptarlos … fue en ese punto cuando la RGP (Royal Gibraltar Police) tuvo que hacer arreglos para repatriar a los dos hombres de vuelta a Gibraltar”.
SCHENGEN Y LA PRESIÓN MIGRATORIA
Anteriormente la llegada de inmigrantes irregulares al Peñón era escasa, no obstante desde hace años se observa un aumento de la presión migratoria en el Estrecho que afecta principalmente a España, pero también a Gibraltar. Este incremento de inmigrantes a los que Gibraltar no puede aplicar una repatriación automática, como en éste y otros casos, pueden llegar a suponer no sólo un “reto operativo”, sino un riesgo de seguridad.
La estricta aplicación de Schengen que, hoy por hoy, España y la Unión Europea no hacen, podría agravar la presión migratoria irregular, mientras que las carencias demostradas por las autoridades gibraltareñas para conseguir repatriaciones automáticas puede llevar a que se exceda el tiempo legal de encarcelamiento y los irregulares sean puestos en libertad, con riesgos para la seguridad de Gibraltar y España.