La visita de la reina Isabel II tuvo consecuencias diplomáticas
El gobernador del Reino Unido en Gibraltar, sir David Steel, ha propuesto públicamente que el nuevo rey británico, Carlos III, visite Gibraltar, a pesar del delicado momento que atraviesan las negociaciones para un tratado con la UE y de las graves consecuencias, políticas y diplomáticas, que supuso la última visita de una monarca británica al Peñón.
En un programa de la televisión pública gibraltareña, dedicado a la coronación del nuevo rey, el gobernador Steel ha propuesto que Carlos III visite la colonia, alentado por la presencia del Regimiento Real de Gibraltar en el desfile de la coronación.
La última visita de un soberano británico a Gibraltar fue en 1954, realizada por la reina Isabel II, y supuso que las autoridades británicas cerraran la verja a los trabajadores españoles transfronterizos, entre ellos miembros del Sindicato de Trabajadores Españoles en Gibraltar, creado dos años antes, así como la clausura del Consulado de España en Gibraltar y una deriva de tensiones políticas y diplomáticas que terminaron, unos años después, con el cierre de la verja.
Las consecuencias fueron tan graves que años después, en 2015, cuando la reina Isabel II fue nuevamente invitada por el gobierno local, prefirió declinar la invitación.
La propuesta pública que ahora hace el gobernador Steel se produce justo cuando representantes de los gobiernos británico y español han expresado su confianza y esperanza en la consecución de un acuerdo definitivo para resolver el futuro de Gibraltar en relación con la Unión Europea.
