Christensen: ‘La reputación de Gibraltar se verá gravemente dañada’
La quiebra de la empresa de criptomonedas Globix y el agujero económico de 43 millones de dólares desaparecidos dejan víctimas muy destacadas en Gibraltar, tales como el exministro principal Peter Caruana, el exministro y líder actual de la oposición, Keith Azopardi, y la exesposa del actual ministro principal, Justine Picardo. Esta quiebra y su repercusión económica ocasionarán un grave perjuicio a la reputación de Gibraltar como centro financiero, según el experto británico John Christensen, citado hoy por el periódico británico Financial Times.
En opinión de Christensen, economista y especialista en finanzas extraterritoriales, "la reputación de Gibraltar se verá gravemente dañada como consecuencia de que grandes nombres estén implicados directamente como inversores, sino también por el hecho de que han faltado a su deber para con un público más amplio".
“La gente espera que centros financieros como Gibraltar ofrezcan la regulación necesaria para proteger a los consumidores", añadió Christensen.
La empresa de criptomonedas Globix se declaró en insolvencia y, en el mes de abril pasado, se ejecutó una orden judicial para congelar sus activos relevantes y obtener información en la búsqueda de 43 millones de dólares (39 millones de euros) en fondos. Su director y único accionista, Damian Carreras, aseguró haber sido víctima de un ciberataque y negó que utilizara los nombres de esos destacados inversionistas gibraltareños para promocionar su empresa.
Los nombres que, de momento, han trascendido entre los inversionistas perjudicados están Peter Caruana, Keith Azopardi, Justine Picardo, Anthony Provasoli y Aaron Payas, estos tres últimos socios del bufete de abogados Hassans del que procede profesionalmente el actual ministro principal Fabian Picardo. Además, Provasoli fue el asesor de los reguladores de Gibraltar en cuanto a la normativa sobre criptomonedas.
Desde la quiebra de Globix, Gibraltar ha tratado de distanciarse de las consecuencias, señalando que la empresa estaba registrada en las Islas Vírgenes Británicas y que no contaba con licencia de la Comisión de Servicios Financieros de Gibraltar.
No obstante, el propio Financial Times considera que la quiebra de Globix y sus consecuencias suponen un duro golpe a las esperanzas de Gibraltar en cuanto a apuntalar su estrategia económica tras el Brexit en el mercado internacional de los servicios financieros digitales.
