
El GSD renovó sus estructuras antes de acabar 2017 y el nuevo líder Keith Azopardi ya ha cumplido sus primeros cien días en el cargo. Un periodo en el que, según él “se ha llevado a cabo un trabajo entre bastidores que ya ha finalizado”. En ese escenario se ha dirigido varias veces a los miembros del partido, se han llevado a cabo incorporaciones al grupo de trabajo y en líneas generales ha efectuado una tarea que Azopardi entiende “esencial”.
Ahora, a modo de plan de objetivos se fija unas líneas maestras para los próximos 200 días. Entre los ejes más destacados, resaltan los de “reafirmar los valores fundamentales y objetivos del partido tras un debate con los miembros”. Revisar algunos aspectos de organización para “modernizarlos y establecer claramente las funciones de cada uno”.
Asimismo, Azopardi hace especial hincapíe en que el GSD sea “más activo en la estrategia de comunicación tanto a nivel de comunicados, contacto directo con los ciudadanos o redes sociales”.
También pretende una mayor implicación con los problemas de la sociedad gibraltareña en el que resalta “el programa de alcance comunitario”. Todo ello sin olvidar la participación y el debate con los nuevos y antiguos miembros del partido. Considera Azopardi que “estamos ante tiempos emocionantes para el GSD”. Entiende que ya se ha estabilizado el partido, a nivel órganico, y esto, apunta, “se verá en los próximos meses”. Su conclusión es que el Peñón “necesita una alternativa fuerte al actual gobierno. Continuaremos trabajando para transformar el GSD en una opción más dinámica y fresca al Ejecutivo, de modo que estemos listos para las próximas elecciones”.