
El brexit avanza y ya tiene calendario definido: marzo próximo para el inicio de las negociaciones y octubre de 2018 para su finalización. En cualquier caso, siempre antes de las próximas elecciones europeas previstas en mayo de 2019. Y no habrá “menú a la carta” ni para el Reino Unido ni para Gibraltar. Eso ha dicho el negociador de la Comisión Europea, el francés Michel Barnier, que también ha avisado sobre las “consecuencias especiales” para las fronteras exteriores de la UE y, por tanto, para La Verja.
La preocupación por las últimas declaraciones del negociador jefe de la Comisión Europea, Michel Barnier, son máximas en el gobierno de Gibraltar. Constatan que no habrá excepciones con el Peñón y que las denominadas “consecuencias especiales” sobre las fronteras exteriores de la Unión Europea supondrá el endurecimiento de las condiciones de tránsito, tanto de mercancías como de personas.
La economía y la propia vida de los ciudadanos gibraltareños se verán afectadas por esta nueva circunstancia, máxime cuando también se encontrarán fuera del mercado único europeo porque, como ha advertido Barnier, “los terceros países nunca pueden tener los mismos derechos y beneficios que los estados miembros… las cuatro libertades son indivisibles, el menú a la carta no es una opción”.
Picardo y García, como principales representantes del gobierno de Gibraltar han acudido a una reunión con el representante del Gobierno británico en la que habrán expuesto sus preocupaciones y las graves consecuencias que tendrá el brexit para la colonia, una vez admitido que se trata de una decisión política firme y que vinculará a todos los territorios dependientes del Reino Unido, como en varias ocasiones ha repetido la misma primera ministro británica, Theresa May.
Londres, no obstante, tiene problemas más graves que Gibraltar en sus negociaciones de salida de la Unión Europea. A la contundencia del jefe negociador Barnier se ha unido el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen DIjsselbloem, que ha recordado que hace falta una actitud diferente por parte del Gobierno británico, “porque las cosas que he escuchado son incompatibles con un proceso suave y ordenado”.
De hecho, la Comisión Europea mantiene su agenda y sus líneas rojas. La posición de los socios europeos es firme y única: el Reino Unido tendrá una posición diferente y peor cuando se produzca el brexit y no habrá acuerdos parciales.
La gravedad de la situación es tal que el eurodiputado del partido independentistas británico UKIP, Roger Helmer, ha planteado que Gibraltar y Chipre deberían volver a la posición en la que estaban antes de que el Reino Unido se uniera a la UE, lo que significaría la pérdida de su actual autonomía política.