
Definitivamente Theresa May no anunció ayer en el Parlamento el inicio del Brexit, como habían especulado los medios ingleses pero como también se habían encargado de negar ayer desde Downing Street. Lo cierto es que la apuesta escocesa de replantear un referéndum de independencia ha aconsejado retrasar los plazos hasta intentar reconstruir un cierto consenso nacional.
La primera ministro británica ha decidido hacer una gira por País de Gales, Escocia e Irlanda del Norte antes de hacer el anuncio definitivo del artículo 50, por el que invocaría la salida británica de la Unión Europea. El objetivo, reconstruir unas bases de acuerdo antes de que estallen todas las tormentas políticas que ya anunciaba Sturgeon (la primera ministro de Escocia) cuando apostaba por un segundo referéndum de independencia.
Precisamente, la jefa del gobierno británico le ha pedido a la lider escocesa “que no cree incertidumbre o división”. El acuerdo que se consiga en las negociaciones con la UE será “para todo el conjunto del Reino Unido”. También le ha recordado que “el mercado único más importante para Escocia es el del Reino Unido”.
En un guiño a la postura española en la Unión Europea y aprovechando unas declaraciones recientes, la propia Theresa May ha citado al “muy preocupado” gobierno español para asegurar que, si Escocia eligiera ser independiente, automáticamente saldría de la UE y tendría que ponerse a la cola de los demás países que ya han pedido incorporarse.
Por tanto, May mantiene su propósito de invocar el artículo 50 del Tratado de la UE antes de fin de marzo, aunque sigue sin ponerle fecha exacta. Y no antes de la anunciada gira por Escocia, Irlanda del Norte y País de Gales (nada se dice de otros territorios) y no antes de haber tenido reuniones del máximo nivel con dirigentes empresariales.