Jueves, 30 de Noviembre de 2023
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Gibraltar puede quedarse sin los Fondos Europeos

  • Parque Commonwealth Gibraltar
    Parque Commonwealth en Gibraltar, uno de los proyectos financiados con fondos europeos
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    Si se cumplen todos los pronósticos (que van camino de cumplirse), una de las consecuencias más desastrosas que tendrá para Gibraltar la salida del Reino Unido de la Unión Europea, desde el punto de vista económico, será, sin duda, la pérdida de los fondos europeos. Unos fondos a los que la economía del Peñón, tan poco diversificada para según qué cosas, se había acabado acostumbrando, y a los que tendrá que decir adiós si se consolida la desconexión iniciada en estos días por el Gobierno británico.

     

    Según una información difundida por el Gobierno de Gibraltar hace algo menos de un año, concretamente, el 23 de mayo de 2016 (o sea, justo un mes antes del referéndum del “sí” al Brexit), la colonia británica se ha beneficiado enormemente de los fondos europeos durante los últimos 27 años. La primera asignación de fondos estructurales de la UE se produjo en 1990, y desde entonces hasta ahora el dinero procedente de Europa ha contribuido en la colonia británica a la financiación de hasta 277 proyectos (75 del sector público y 202 del sector privado). Según los datos publicados por el nº 6 de Convent Place, la cifra global de lo solicitado y recibido en todo este tiempo asciende a cerca de 60 millones de euros, incluyendo en este cálculo las cantidades solicitadas en la programación actual, que concluye en 2020, pero que ya están previstas.

     

    La financiación comunitaria de Gibraltar procede, fundamentalmente, de los conocidos Fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), el Fondo Social Europeo (FSE), y el instrumento de Cooperación Territorial Europea (CTE), iniciativa destinada al desarrollo de las regiones fronterizas, más conocida como programa Interreg. Según los cálculos del Gobierno gibraltareño, para finales de 2020 (exactamente tres décadas después de las primeras inyecciones de dinero comunitario), la colonia británica deberá haber recibido algo más de 32 millones de euros de los Fondos FEDER, casi 18 millones del FSE y en torno a los 9 millones de euros del programa Interreg, que abarcan partidas para la cooperación con otras regiones del sudoeste de Europa o del Mediterráneo, conocidas como SUDOE y MED.





     

    Asimismo, la colonia británica se ha beneficiado también de otros instrumentos comunitarios más específicos, como el programa Konver, que tiene por objeto la conversión de instalaciones y activos militares en espacios para uso civil. El propio Gobierno gibraltareño reconocía hace un año en su comunicado oficial que la iniciativa Konver ha sido especialmente relevante para el Peñón, que en su momento tuvo que hacer su propia “transición” económica, pasando de una economía dependiente en un 60 por ciento del gasto de Defensa a una economía de mercado, basada fundamentalmente en el sector privado, y capaz de competir en el exterior. Aunque en el comunicado difundido hace ahora un año no se especificaban las cantidades aportadas por Europa dentro de este apartado, sí que se mencionaban, a modo de ejemplo, algunos de los proyectos a los que se había destinado el dinero: entre ellos, la modernización de Casemates Square, cuyos barracones se transformaron en restaurantes y locales comerciales, la construcción de un polígono industrial en los cuarteles de Lathbury Barracks, y la construcción del Europa Business Center en parte de las antiguas instalaciones del astillero naval.

    Entre los otros proyectos públicos que se han llevado a cabo gracias a los programas de financiación comunitarios, el Ejecutivo de Fabian Picardo destacaba también en su nota los Jardines de la Alameda, el Parque de la Commonwealth, “algunos lugares de interés turístico” (sin especificar), y la rehabilitación del Ayuntamiento. En cuanto a la larga lista de proyectos del sector privado que se han visto beneficiados por la pertenencia a la UE durante todos estos años, se destacan los referidos a siete sectores concretos: los servicios médicos y sanitarios, el ocio, el deporte, el ecoturismo, los servicios de banda ancha, los servicios de transitarios y la actividad industrial ligera. Los datos del Gobierno reflejaban que, hasta la fecha, en Gibraltar se habrían generado o conservado más de 3.600 puestos de trabajo gracias a los proyectos de financiación de la UE, y la previsión era superar la cifra de 5.000 una vez alcanzado el año 2020.

    Todo esto podría irse al traste en función de cómo discurra la desconexión británica de la Unión Europea, porque todo indica que uno de los primeros lazos que se cortarán será, precisamente, el que tiene que ver con el “grifo” de la financiación. Resultaría absurdo pensar, o pretender, que un territorio que decide salir de la UE pretendiera seguir siendo financiado, aunque sólo fuera en una mínima parte, por la institución a la que abandona. Hace poco menos de un año, el ministro principal de Gibraltar defendía la “excelente labor” llevada a cabo por la unidad del Ministerio de Desarrollo Económico dedicada a la gestión de la aportación comunitaria, aseguraba que el beneficio para el Peñón, en estas casi tres décadas, había sido “considerable”, y afirmaba, en palabras textuales, que “este flujo de financiación no debería ponerse en juego”.

    Obviamente, dichas palabras fueron pronunciadas algunas semanas antes del Referéndum del 23 de junio, cuando Gibraltar todavía era un activo defensor de la continuidad en Europa, y nada hacía presagiar aún que en las urnas del reino de Isabel II se fuera a cumplir el peor de los pronósticos. El escenario, diez meses después, es radicalmente distinto, y los discursos oficiales al respecto, estudiadamente cautos y  bastante más ambiguos. ¿Qué pasará cuando la colonia británica reciba la confirmación oficial de que se acabó lo que se daba? ¿Cómo afectará ello a su economía, y, especialmente, a los sectores que más auge han experimentado en los últimos años, y que dependen de la libre circulación de capitales, como el financiero o el del juego on-line? ¿Qué hará el Reino Unido para compensar a quienes tendrían la opción de seguir siendo europeos, tan sólo flexibilizando determinados planteamientos, pero no la quieren? Como suele ocurrir con casi todas las preguntas, en éstas también será cuestión de tiempo que se vayan dibujando las respuestas.