Martes, 28 de Noviembre de 2023
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La presencia de unidades de combate de la Royal Navy desciende en Gibraltar

  • Buques anfibios en el puerto de Gibraltar
    Buques anfibios en el puerto de Gibraltar
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    Los “paseos” de la flota británica por Gibraltar que invocaba hace un par de días el eurodiputado de UKIP Bill Etheridge son, en la actualidad, poco viables y, de hecho, la propia Royal Navy ha reducido significativamente su presencia en el Peñón debido a la progresiva escasez de grandes buques disponibles. Sus anteriormente frecuentes visitas han quedado reducidas a la cuarta parte, en cinco años, y las fragatas y destructores del pasado son suplidos ahora con buques de guerra anfibia, hidrográficos, auxiliares y unidades menores.

     

    La visita de buques de combate operativos a Gibraltar ha ido descendiendo progresivamente: desde los veinte que llegaron en 2011 a los cinco del año pasado. Este descenso tan significativo de presencia se debe a que los propios efectivos de la Royal Navy se han visto muy mermados, pasando de tener 25 grandes buques en servicio en el año 2011 a los sólo 19 que tenía operativos el año pasado.

     

    La Royal Navy mantiene la política de visitar la colonia siempre que tiene ocasión y mostrar frecuentemente su capacidad operativa, además de otras escalas que le resulten necesarias por averías, principalmente en los casos de los submarinos. No obstante, el descenso de efectivos ha sido tan importante que ha condicionado esta política de presencia naval, hasta el extremo de verse obligados a incluir, entre otros, buques auxiliares como sustitutivos de fragatas y destructores.

     

    Peor es, incluso, el caso de los submarinos. Desde el famoso escándalo del Tireless en 2001 la presencia de estas naves disminuyó hasta el extremo que hubo varios años sin ninguna visita (concretamente del 2009 al 2012), pero a raíz de la polémica de los bloques de hormigón arrojados por el gobierno Picardo en aguas de la bahía de Algeciras, la presencia de submarinos en el Peñón se disparó: seis en 2013, también seis en 2014, siete en 2015. En 2016 entraron cuatro, casi todos por averías.





     

    Y es que también su flota de submarinos se ha visto muy afectada, en este caso por accidentes y averías, algunos de los cuales, como el del Ambush, ocurrieron precisamente en el Estrecho y acabaron con unas primeras reparaciones de emergencia en el Peñón.

     

    Lo cierto es que, en el caso de los submarinos nucleares, la Royal Navy cuenta en este momento con una plantilla muy mermada. De los tres submarinos de ataque de la clase Astute, los más modernos y caros (más de mil millones de euros cada uno), sólo está operativo el Artful. El Ambush tuvo un accidente en aguas del Estrecho cuando hacía unos ejercicios y el Astute, que da nombre a su serie, ha sufrido tantas averías que siembra dudas respecto a la calidad de su diseño.

     

    Los submarinos que quedan de la clase Trafalgar (Torbay, Trenchant, Talent y Triumph) tienen una fiabilidad limitada por su vejez y, de hecho, continúan con su programa de bajas y este mismo año lo hará el Torbay. Finalmente quedarían los cuatro submarinos estratégicos de la clase Vanguard (Vanguard, Victorius, Vigilant y Vengeance) que, construidos en la década de los 90, no son lo más adecuado para hacer presencia naval en Gibraltar.

     

    En definitiva, la Royal Navy tiene muchas dificultades para cumplir los deseos expresados por el eurodiputado Bill Etheridge y eso suponiendo que el gobierno británico quisiera realmente escalar una polémica que, hoy por hoy, nada más que interesa a quienes han fracasado en sus políticas o pretenden conseguir con declaraciones explosivas lo que no pueden mediante el diálogo y la legalidad.