Dastis confía en una solución para el verano

Las “líneas rojas” que el Reino Unido impone respecto al aeropuerto de Gibraltar, que está gestionado por las autoridades civiles aunque es propiedad del Ministerio de Defensa británico, dificultan la obtención de un acuerdo para incorporar al Peñón en el período de transición del Brexit. A pesar de ello, el ministro español de Exteriores, Alfonso Dastis, es optimista y piensa que podría haber acuerdo para el verano, según informa la televisión británica BBC.
El Reino Unido reconoce que se están celebrando conversaciones “informales” con España sobre el futuro de Gibraltar después del Brexit, según la misma información. España, por su parte, quiere llegar a un acuerdo antes de octubre y Dastis quiere que sea “posible antes del verano y esperamos…. que también haya, por parte británica, una actitud que trabaje en ese sentido”.
En las negociaciones bilaterales entre España y Reino Unido --necesarias para incorporar a Gibraltar en el período de transición del Brexit y en los acuerdos futuros con la Unión Europea-- destaca por sus dificultades la cuestión del aeropuerto de Gibraltar, del que ya hay antecedentes de desacuerdo por una y otra parte, como cuando en 1987 se opuso el gobierno de Gibraltar y, en 2006, no se pudo poner en práctica, por parte de España, debido a esas “líneas rojas” antes mencionadas.
Todas las partes están interesadas en un acuerdo sobre el aeropuerto: Gibraltar quedaría cubierto por la normativa europea en cuestión de tráfico aéreo, dando así garantías a las aerolíneas para operar en su territorio y España se encargaría de cumplir los compromisos de control Schengen para el tránsito de pasajeros que utilicen las instalaciones. Todo ello permitiría no sólo conservar el estatus actual, sino mejorarlo con la apertura de nuevas rutas.
Pero la actual posición del Ministerio de Defensa y, en consecuencia, del gobierno británico impone unas “líneas rojas” que hacen muy difícil alcanzar el acuerdo sobre el aeropuerto, desarrollado a partir de un aeródromo militar en el istmo que conecta el Peñón con España y, por tanto, en territorio no cedido en el Tratado de Utrecht.
Según informa la BBC, el ministro Dastis plantea que España "no puede aceptar" la jurisdicción británica sobre el terreno, pero sí quiere un acuerdo sobre el aeropuerto, "en beneficio de la población de Gibraltar" y deja pendiente de los términos del propio acuerdo cómo sería esa gestión conjunta. Es, por tanto, una posición abierta a la negociación, que no tiene exigencias predeterminadas ni de símbolos ni de presencia de fuerzas de seguridad española.
El ministro español he reiterado estos últimos días, en los medios de comunicación británicos (Reuters, The Telegraph, Express y BBC) su confianza por alcanzar un acuerdo incluso antes de octubre, dada la importancia y beneficio que tendría para la zona y, en especial, para la economía y la población gibraltareña, de forma que la intransigencia actual ceda el paso a una mayor flexibilidad en la postura británica.
Un portavoz del gobierno británico, citado en la misma información de la BBC, admite que "estamos manteniendo una amplia gama de conversaciones con los Estados miembros, incluida España, sobre nuestra salida de la UE, incluidas las implicaciones prácticas para Gibraltar”. Pero no ha valorado el estado de tales negociaciones: "Continúan las conversaciones con el gobierno de Gibraltar y nuestros asociados europeos sobre la manera de hacer frente a los desafíos y oportunidades específicos en este ámbito".