
El Ministerio de Defensa británico ha anunciado recortes en la plantilla civil de la Base de Gibraltar dentro de un proceso de reducción que se inició hace tiempo, aunque había conocido diez años de estabilidad gracias a un acuerdo global. La base británica está parcialmente soportada por la población y el gobierno civil del Peñón, después de que en la legislatura de Caruana se llegara a un acuerdo precisamente para evitar el desmantelamiento parcial de la misma. Esa es la razón de que sea una de las bases militares más baratas y cuyo coste anual para Londres se estima en unos 53 millones de libras (unos 58 millones de euros).
El sindicato local Unite ya se ha reunido con el jefe del gobierno Fabian Picardo y éste ha reivindicado el valor estratégico y táctico “que va mucho más allá de los bajos costos del personal involucrado” en la base. También se ha comprometido a que el proceso de despidos sea “respetuoso con los derechos de los trabajadores”, pero no parece que pueda detener a estas alturas la decisión del Ministerio de Defensa británico.
La decisión del gobierno británico tiene un alcance superior al del simple despido de un grupo significativo de trabajadores civiles que, de todas maneras, en la pequeña población de Gibraltar sí tendrá un impacto destacado. La decisión afecta al modelo operativo que para Gibraltar han diseñado las Fuerzas Armadas británicas y su desarrollo futuro, en el que la Inteligencia cobra mayor importancia frente a las actividades portuarias tradicionales.
De hecho el Ministerio de Defensa británico ya acometió en el pasado diferentes reducciones de personal civil y militar, así como de su estructura de costes, pero diferentes acuerdos lograron mantener la mayor presencia posible, aunque a costa de los presupuestos civiles del gobierno de Gibraltar que asumió el apoyo logístico de la base que antes correspondía a Londres, tales como central térmica, potabilizadoras, etc.
Esa es precisamente la razón por la que el coste anual de la base gibraltareña sea tan ajustado para el Ministerio de Defensa británico, algo más de 58 millones de euros (como el presupuesto del club de fútbol Villarreal el año pasado). Para el gobierno de Gibraltar ha sido siempre importante mantener la base y no sólo por la plantilla de trabajadores civiles, sino porque la presencia militar le garantiza el apoyo del gobierno británico y también porque supone una presencia de fuerza frente al vecino territorio español.
Por su parte, el Ministerio de Defensa se beneficia económicamente y también del favor de una administración local dispuesta a cualquier concesión con el objeto de mantener la presencia militar en el Peñón. Una presencia que favorece la proyección estratégica británica y su influencia en la política y la economía internacional.