
El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, ha hecho un balance muy optimista de los dos primeros años de gobierno, que acaban de cumplirse, de su segundo mandato electoral y con claros mensajes también de cara a las próximas elecciones locales que, según distintas fuentes, podrían adelantarse al cuarto trimestre del próximo año, antes de que se confirme el desenlace del Brexit en marzo de 2019.
Picardo admite que gran parte del trabajo ha estado centrado en prepararse para el Brexit y entiende que el balance es moderadamente optimista, aún con la incertidumbre que se avecina por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. “Hemos tenido contactos para la inesperada salida de Gibraltar de la UE”, afirma y explica que han sido tanto con políticos británicos como instituciones involucradas en el proceso.
Más allá de este tema, que es sin duda el que más preocupa a los habitantes del Peñón y el que hoy por hoy genera más incertidumbres, el gobierno, según su optimista balance, también se ha centrado en “proteger la seguridad económica para asegurar nuestro crecimiento récord”.
Crecimiento que sitúa en un 9% anual “con superávits presupuestarios sin precedentes”. Estos datos, no obstante, contrastan con las continuas denuncias de la oposición que señalan una deuda pública importante aunque pendiente de cuantificar con exactitud debido a la falta de transparencia en la gestión económica del propio gobierno y, en especial, de sus empresas participadas, cuestiones a las que el Ejecutivo de Picardo no da respuesta.
En el ámbito laboral, Gibraltar sigue siendo referente puesto que sólo hay registrados 85 desempleados. “El compromiso del gobierno es ofrecer las mejores oportunidades posibles y el apoyo a todos los ciudadanos de Gibraltar”.
Picardo, aunque no los enumera, sí dice que aún quedan proyectos relevantes para “mejorar al final de esta legislatura”. Se entiende que entre estos hay que incluir la construcción de más de mil viviendas sociales o la edificación de ocho nuevos colegios, proyectos ya anunciados por el jefe del gobierno gibraltareño en lo que también parecen promesas electorales más que inversiones planificadas, cuantificadas y aprobadas administrativamente.