Ante el Comité de Descolonización de la ONU

El discurso del pasado martes del jefe del gobierno gibraltareño, Fabian Picardo, ante el Comité de Descolonización de la ONU tuvo la novedad de incorporar a La Línea, hasta en cuatro menciones, para confrontarla con el Gobierno de España. También regresó Picardo a su reivindicación de Gibraltar como nación, expresión que había soslayado en sus últimas intervenciones.
Al ministro principal de Gibraltar le vinieron bien las últimas declaraciones del ministro Dastis y del exministro Margallo. Al primero, porque le pudo repetir varias veces que “el mayor o menor deterioro de nuestra vecina comunidad de La Línea no es lo que nos aparta de entregar nuestra soberanía a España… tenemos familia o buenas amistades en La Línea, una ciudad que viene sufriendo desde hace tiempo a manos del gobierno español… La Linea también ha sido víctima de las frecuentes pataletas soberanistas de Madrid…”, etc.
Y al exministro Margallo le espetó que sus “amenazas no nos iban a obligar a cambiar nuestra actitud hacia la soberanía”, en referencia a unas recientes declaraciones en la televisión autonómica andaluza Canal Sur.
Resultó ser un extraño discurso para el grupo de delegados internacionales que forman parte del Comité de Descolonización de la ONU, ya que la inmensa mayoría de su intervención estuvieron dedicadas a asuntos muy locales o a polémicas recientes.
En cualquier caso, a quien claramente estaba dedicado el discurso de Picardo era a España y, más en concreto, al Gobierno de Rajoy, porque se permitió hacer unas comparaciones de los referéndum gibraltareños, no reconocidos ni por España ni por la ONU, y del que habría pretendido llevar a cabo Cataluña, aunque sin nombrarlo directamente.
Señaló que, aunque Reino Unido también se opuso al referéndum de 2002, “no reprimió nuestro derecho a votar”. Con los ecos aún recientes de las denuncias de los separatistas catalanes sobre la violencia policial, Picardo dijo que en su referéndum “no hubo violencia… no hubo ningún intento de impedir que votásemos… no se confiscaron papeletas ni urnas electorales”.
Con todo, sí pareció contento con que el ministro Dastis reconozca que “no buscará utilizar nuestra salida de la UE para avanzar su reclamación sobre nuestra soberanía” y le agradeció que reconozca que la oferta española de soberanía conjunta “únicamente puede aplicarse con el consentimiento del pueblo de Gibraltar”.
Por lo demás, numerosas referencias a la “generación del referéndum”, cuyo cincuentenario han conmemorado este año; varias invocaciones también a Gibraltar como nación, término que últimamente usaba en menor medida; y reivindicación de la transparencia fiscal y el intercambio de información, en términos de OCDE, del sistema financiero de Gibraltar en contra del criterio español de quien, dijo, “está objetiva y demostrablemente equivocado”.