Alude a España como ‘el matón de al lado’

El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, ha roto su silencio de un mes de prudencia verbal para arengar a la población gibraltareña, cara a su Día Nacional, con el recuerdo del referéndum de 1967, que formó parte de una escalada de tensión hispano-británica que desembocó en la resolución 2353 de Naciones Unidas y que supuso el aislamiento internacional del Peñón y, dos años después, el cierre de la Verja por parte de España.
Aunque la propia celebración del Día Nacional conlleva la afirmación de aquel referéndum, no ha pasado desapercibido el paralelismo que el gobierno de Gibraltar (porque esta vez lo suscriben de forma institucional Fabian Picardo y Joseph García) hace entre la situación de entonces y la actual y aventura que “nos han enseñado a no ceder ante los acosadores” (“not to give in to bullies”).
El término que usa todo el mensaje para referirse directa o indirectamente a España es “bully”, que la nota oficial de Gibraltar traduce al español como “acosador” aunque se utiliza de forma más habitual como “matón” y hace referencias “al matón de al lado”, claramente alusivas al territorio español.
“Cincuenta años más tarde, en 2017 –dice el mensaje institucional-- nuestra determinación de afirmar nuestra soberanía británica y defender nuestro derecho a la autodeterminación se mantiene tan sólida como siempre lo ha sido. Seguimos haciendo frente a algunos de aquellos viejos retos y les haremos frente con la misma fuerza y vigor que en 1967. También afrontamos algunos retos nuevos y estamos preparados para afrontarlos de cara”.
Sin duda, los retos nuevos a los que se refiere serán los derivados de la decisión unilateral del Reino Unido de salir de Europa y las inevitables consecuencias que para Gibraltar tiene. De ahí que el texto pretenda establecer un paralelismo entre la situación del Peñón en 1967 y la premonición fatalista que hace del Brexit, sin nombrarlo en ningún momento.
Al margen de las descripciones que sobre la situación de 1967 y la actual realiza el mensaje, obviamente sólo desde su punto de vista, la declaración institucional está llena de afirmaciones a la soberanía británica del Peñón, lo que supone una evolución respecto a posturas políticas anteriores que reivindicaban la independencia de Gibraltar, aunque dentro de la Commonwealth.
El texto no desperdicia la oportunidad de arremeter también contra la ONU y califica a las Naciones Unidas de 1967 como “antibritánicas” a pesar que, desde entonces y hasta ahora, sigue diciendo exactamente lo mismo respecto a Gibraltar: que es incompatible con la Carta de las Naciones Unidas y que es un problema que debe ser resuelto mediante negociación entre Reino Unido y España.