
La Unión Europea decide este viernes la aplicación de visados para terceros países, de acuerdo con la Declaración de Bratislava, lo que inevitablemente afectará a Gibraltar en el momento que se produzca el Brexit británico. La Declaración de Bratislava se enmarca en la lucha contra el terrorismo y en el control de las migraciones masivas, por lo que se da por segura la aplicación de las medidas contempladas, entre ellas el sistema SAIV que supone la aplicación de tasas y visados en todas las fronteras europeas actuales o futuras.
Al margen de las presiones políticas o sociales que se puedan multiplicar los próximos dos años, hasta el día que concluya la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea, el destino de la Verja estará marcado por Bruselas y, más en concreto, por la reunión que este viernes mantendrá el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior formado por los ministros respectivos de los países miembros.
El denominado Sistema de Autorización e Información sobre Viajes de la UE (SAIV) es uno de los puntos destacados del orden del día y, en la práctica, supone el control mediante visados de la entrada de extranjeros, la posibilidad de denegarlos, la realización de comprobaciones previas y, en su caso, el pago de las tasas correspondientes, aún por determinar.
Otras medidas que afectan a las fronteras y forman parte de la declaración de Bratislava son el refuerzo e intercambio de información entre los servicios de seguridad, la adopción de medidas para identificar a toda persona que cruce las fronteras exteriores sean miembros de la UE o no, y reforzar las actuaciones de los estados miembros cuando adopten medidas como expulsiones o prohibiciones de entrada que estén justificadas.
Todas estas medidas suponen un claro endurecimiento en las condiciones de acceso a la Unión Europea por sus fronteras exteriores y, aunque de momento no serían de aplicación para el caso de Gibraltar, sí afectarán plenamente a la Verja cuando el Reino Unido concluya dentro de dos años su proceso de separación de la UE.
De momento es muy significativo que en la cumbre europea de septiembre pasado en Bratislava, donde se acordaron estas medidas para el control del terrorismo y las migraciones masivas, no participó ningún representante británico a pesar de que Londres aún no ha notificado oficialmente su intención de abandonar la Unión y, de momento, sigue siendo miembro de pleno derecho.
La ausencia de Reino Unido de la cumbre de Bratislava sólo pudo responder a que esa reunión europea pretendía definir las medidas de economía, seguridad, defensa y control de fronteras para el futuro de la Unión, un futuro en el que ya no se contempla la presencia británica por ninguna de las partes.