Sábado, 1 de Abril de 2023
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Adrián Van Loon, un ‘holándaluz’ que ha hecho de la cultura una forma de vida

  • Van Loon en un descanso como jurado del FICSAN
    Van Loon en un descanso como jurado del FICSAN
    Cultura

    Se considera un “holándaluz” por el amor que siente por Andalucía y su cultura, especialmente el flamenco. Adrián Van Loon nació en la ciudad holandesa de Eindhoven, pero lleva treinta años residiendo en la sanroqueña urbanización de Sotogrande, donde preside la Asociación Cultural Sotogrande, un colectivo abierto y colaborador con iniciativas culturales públicas. Como experto que es, forma parte del jurado del Festival Internacional de Cortometrajes de San Roque (FICSAN), actualmente en pleno período de selección de filmes de cara a la próxima edición.

    Este activista cultural está presente en todos los actos que, en ese ámbito, tienen lugar en el municipio, por lo que ha conseguido ser un personaje muy popular. 

    Van Loon siempre supo combinar la vida profesional con la cultural. Realizó estudios de publicidad y marketing, pasando a director creativo y consultor internacional en multinacionales holandesas.

    Dentro de su actividad profesional fue uno de los creadores del concepto multi-screen, la multipantalla. Experiencia que llevó a espectáculos internacionales y al campo educativo.



    ITI - CAMPAÑA EXTENDA
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    En este sentido, efectuó estudios audiovisuales en el Instituto de Cine de Holanda Amsterdam-Hilversum. Ha sido coproductor y guionista de varios documentales sobre cómo ver cine, televisión y otros medios relacionados con la comunicación de masas que, luego, han sido material de enseñanza en colegios y universidades de su país.

    Sus conocimientos cinematográficos le llevó a ser organizador y profesor de cursos  de cine, así como de cine-clubes como el conocido Underground Cinema y el Círculo Libre. También es coautor de un libro sobre el cineasta Bernardo Bertoluchi.

    Lo que denomina “mi carrera profesional”  comenzó en su casa, escuchando la música de radio, siendo su madre su referente principal a la hora del baile. Desde entonces, la radio y la música han formado parte ineludible de su vida. Su amor por la música le llevó a formar parte de distintas bandas, donde tocaba la guitarra.

    Cuando dejó esta actividad se dedicó a la organización de conciertos y se interesó por el mundo del cine y la televisión. Experiencias que viviría plenamente al ser contratado por el equipo cultural de Eindhoven, donde reconoce que creció su interés por otras formas de arte como la pintura, la fotografía, la danza y el teatro. En esta ciudad, especialmente cultural, realizó una gran labor fomentando el flamenco. Para ello contó con el apoyo de los emigrantes andaluces, a los que siempre ha estado muy agradecido.

    Hoy su dinamismo y experiencia están presentes en la tierra que ya considera como parte fundamental de su vida, y en la ciudad de San Roque, donde cuenta con la admiración y el afecto de muchos ciudadanos.