
Desde que se conociera que el proyecto de rehabilitación integral de la antigua Casa Consistorial, contempla una apertura desde la fachada de la Plaza de Armas hasta la calle Prevención --situada inmediatamente detrás del viejo Consistorio--, ha levantado toda clase de recelos entre los vecinos más cercanos y de otros puntos de la zona.
Todos temen que el previsto pasaje se convierta en un lugar propicio para “urinario público” y foco de suciedad, teniendo en cuenta que en este punto suelen celebrarse diferentes actividades al aire libre, principalmente en los meses de verano. Añaden también que ya hay una perfecta conexión con la parte indicada a través de la cercana calle Consuelo, al lado del edificio.
La constatación de que ello se ha producido en lugares similares de ciudades cercanas e incluso en algunos callejones del propio casco antiguo, ha provocado la desconfianza vecinal.
Las obras de rehabilitación no son cuestionadas, pues existe el convencimiento general que las mismas supondrán un nuevo impulso al casco histórico sanroqueño, al menos eso esperan los vecinos y establecimientos de la zona.
No obstante, desde la parte técnica, se considera que la puesta en marcha del referido pasaje, viene a enriquecer la proyección del edificio hacia una calle que se verá notablemente mejorada, incluyendo un espacio para aparcamiento de vehículos.
El proyecto tiene como fin convertir el edificio, que contará con mil metros cuadrados disponibles, en un gran centro cultural. El año pasado se puso la primera piedra de una obra que costará dos millones de euros y que fue adjudicada a la Unión Temporal de Empresas (UTE) Eiffage-Heliopol. En aquella ocasión se contó con la presencia del artista Andrés Vázquez de Sola, que dispondrá de un museo en el mencionado inmueble.
Esta obra se enmarca en un ambicioso proyecto que afectará a una parte principal del casco histórico, figurando en su desarrollo el enlace de las calles Coronel Cadalso y Prevención.