Construyó la gran puerta del popular Atrio de Santa María la Coronada

Son artesanos que contribuyen a mejorar el patrimonio histórico y artístico, y que la mayoría de las veces quedan en el anonimato. Carlos Rendón González es uno de ellos. A él se debe la realización de la puerta de grandes dimensiones de la parroquia Santa María la Coronada, conocida como del Atrio, una de las tres principales de dicho templo de San Roque.
Construida con madera de iroko vino a sustituir a la que con 171 años había cumplido su misión, y se hallaba en avanzado estado de deterioro.
El carpintero inició los trabajos en el mes de abril de 2016 en los talleres Huertas Vázquez. A mediados de julio se inició el montaje con la empresa de albañilería de José María Núñez González y, el 25 de ese mismo mes, fue bendecida por el párroco Juan Pedro Varo Salguero.
Carlos Rendón no oculta la satisfacción por el trabajo efectuado, dado el significado que para la mayoría de los sanroqueños tiene ese bello espacio, al lado de la Plaza de la Iglesia, en pleno corazón del casco histórico. “Ha sido muy importante para mí, de esos trabajos que trasladas a una ciudad como San Roque, con tanta historia”, resalta.
Aunque nacido en La Línea, la mayor parte de su vida ha transcurrido en San Roque, donde reside y trabaja. Aquí se casó y tuvo sus dos hijas.
Su formación como especialista la llevó a cabo en el Centro de Formación Profesional Virgen de la Esperanza, en La Línea. Allí cubrió el primer grado de ebanista y el segundo de construcción y fabricación de muebles. Finalizados sus estudios comenzó a trabajar en la carpintería de los almacenes Vázquez de la Chica, una empresa ya desaparecida y de gran solera en la localidad. Al mismo tiempo encontró empleo como repartidor y montador de Casa Falcón.
Su trabajo para la parroquia no es el único realizado para una iglesia de la provincia. En el caso de la comarca, también participó -dentro de la empresa Casas Núñez- en los correspondientes a los muebles del templo de Nuestra Señora de la Merced, en Sotogrande, y en los de la parroquia de San José y en el santuario de la Inmaculada Concepción, ambas iglesias de La Línea.
En todas ellas ha dejado su sello realizando sillones para altares, muebles especiales, bancos, pórticos y atriles de lectura. En el verano de 2015 llevó cabo la construcción de las parihuelas la asociación parroquial encargada de la antigua imagen de María Santísima Divina Pastora de Nuestras Almas.
En la actualidad se halla en plena tarea de encargos para la iglesia de la Inmaculada, en Campamento.