
Dentro de unos días cerrará la papelería Goya, la más antigua de San Roque. Aunque en su actual emplazamiento abrió en 1969, lo cierto es, como recuerda Mari Carmen Castillo Saborido, su propietaria, comenzó a funcionar tres años antes en un pequeño local situado justo al lado de donde hoy se encuentra. Más de cincuenta años de historia del comercio local que cierra debido a la jubilación de la última empleada, María Furné, que ha prestado servicio al negocio durante treinta años. En la actualidad el establecimiento se encuentra en situación de traspaso.
Aunque el pequeño comercio, a nivel general y en sus distintas modalidades, no vive sus mejores momentos, Goya se constituyó en un referente en la comarca, surtiendo a las grandes empresas de los polígonos industriales, unido a la venta de libros y materiales escolares, regalos y objetos de bellas artes.
Mari Carmen Castillo rememora los inicios, cuando dedicaba un gran número de horas al trabajo, desde recoger directamente la prensa, que de manera continuada ha vendido hasta el último momento, hasta organizar las diferentes partidas de productos. Muchas horas de trabajo pleno.
A la hora de culminar esta dedicación, no duda en tener un recuerdo hacia su fallecida madre, Francisca: “Ella estuvo en todo momento apoyándonos, cuando mis hijas eran pequeñas y el negocio me ocupaba tanto tiempo. Siempre estuvo ahí, no lo olvidaré jamás”.
Por su parte, María Furné quiso agradecer la confianza que siempre se tuvo en su trabajo, sintiéndose muy satisfecha por ello. “Han sido años de dedicación a una clientela de toda condición social y a la que hemos tratado de atender lo mejor que sabemos”.
La calle General Lacy siempre ha sido el espacio comercial por antonomasia de la ciudad, pero en los últimos tiempos, en buena parte debido al cierre que sufre la calle al tráfico rodado desde hace más de un año, ha visto agravada su situación de crisis.
Son muchos los sanroqueños que lamentan la clausura de un establecimiento tan familiar, aunque, también se coincide que, después de tanto batallar, quienes han estado al frente tantos años, tienen ganado un merecido descanso.