
El tiempo ha ido dejando atrás a los pequeños puestos de temporada: membrillo, chumbo, azufaifa o castaña. Este último perdura en algunos lugares y viene a recordar la imagen de otro tiempo. Francisco Barrero Sánchez tiene su puesto en la calle La Ermita, junto al colegio Carteia y ha sabido mantener esa típica actividad callejera que tantos adeptos tiene.
Francisco Barrero pertenece a una de las familias más populares y apreciadas de San Roque, pegada a las tradiciones de la localidad. Lo fue cuando habitaba en el casco histórico sanroqueño, y lo sigue siendo en otros lugares de la población, como la Barriada de la Paz.
El olor de la castaña tostada impregna este rincón de San Roque y ese humo clásico sigue envolviendo los rincones populares gracias a vecinos como Francisco Barrero, orgulloso de mantener una actividad que viene de mucho tiempo atrás.