'El señorito ya no paga con un plato de aceitunas'

Le corresponde el honor de ser el cantaor mayor premiado en España. Hace ya algunos años que decidió no participar en más concursos, ofreciendo tan sólo recitales y participando en festivales. El cantaor sanroqueño Juan Delgado es un artista forjado en los cantes denominados “puros” a partir de referentes como Antonio Mairena y Terremoto de Jerez. La soleá, la toná, el martinete o el romance y, en especial, la seguiriya, conforman un rico repertorio que el artista domina como muy pocos.
Sobre estos cantes, de dominio y esfuerzo muy específicos, el cantaor señala que en tiempos pasados se hacían más: “En las bodas gitanas se cantaba hasta por romance. Yo he cantado en la Peña Linense desde las diez de la noche hasta las cuatro de la tarde. Ya en reuniones de muy pocos aficionados. Recuerdo que en esa ocasión uno de los asistentes, después de un montón de horas de cante, comentó: canta ahora mejor que cuando comenzó”.
El cantaor no sólo ha luchado desde el primer momento por la profundidad de su arte, también ha sido un claro defensor de la dignidad del profesional. Preguntado por ello, responde sin dudar: “El señorito ya no paga al cantaor con un plato de aceitunas y un vaso de vino. Hoy el señorito paga al artista como se merece, como cantaor bien mirado. Muchas veces las fiestas son de extranjeros, gentes que valoran el flamenco, y que tienen una gran sensibilidad”.
Juan Delgado Gálvez nació en el seno de una familia humilde, donde el sentimiento flamenco siempre estuvo latente. Por línea paterna, Agustín Delgado, buen aficionado, y por parte materna, Francisca Gálvez Molina. Apellidos pertenecientes a dos familias gitanas de mayor rango y abolengo del jerezano Barrio de Santiago, de donde eran sus abuelos maternos Curro Gálvez y Rafaela Molina. A ello hay que unir al propio hermano del artista, Agustín Delgado, cantaor y estudioso del cante, ya desaparecido.
El cantaor irrumpió con fuerza, nada más y nada menos, alzándose con los tres grupos de cante del prestigioso concurso de Mairena de Alcor, en 1991. A continuación obtuvo los primeros premios de la Peña Flamenca Antonio Mairena de Hospitalet de Llobregat, Yunque Flamenco de Badalona, Candil de Manlleu (Barcelona), Centro Cultural Gitano de la Mina en San Adrián (Barcelona), Peña Juan Talega de Dos Hermanas (Sevilla), Peña la Guitarra de Carmona, Velero Flamenco de Oro en Mijas, Volaera Flamenca de Oro de Loja, Peña Flamenca de Huelva, Concurso Nacional de Cante Grande Juan Talega de Pinto (Madrid), Cantes Andaluces en La Unión (Murcia), o el Lorenzo Medina de Extremadura. Más de un centenar de primeros premios.
Su recorrido artístico no sólo ha transcurrido por tierras españolas, también ha actuado en diferentes países como Alemania, Francia, Reino Unido y Suiza.
De todos los espectáculos en los que ha participado a lo largo de su carrera, la obra de mayor proyección internacional ha sido, hasta el momento, “Cien años de cante Flamenco”, dirigida por Pedro Peña. Dicho montaje fue estrenado en 1993 en el Teatro de la Maestranza.
Al no ser un cantaor de palos y adaptaciones comerciales, Juan Delgado ha grabado poco, pero siempre en su misma línea de pureza. En 1988 Mi cante, con el guitarrista Paco del Gastor; en 1992 Buscando la fuente, acompañado al toque por Pedro Bacán; en 2004 De orilla a orilla, con Antonio Peralta “El Cuco” a la guitarra, y en el 2016 Rotundo con el acompañamiento de Antonio Carrión. A estas grabaciones se une su inclusión en varias antologías.