
Las personas que dejan una huella positiva permanecen en el recuerdo de quienes le conocieron. Si además son capaces de romper el molde y hacer de su vida, de su actividad profesional, en este caso, un ejemplo, ya son asunto aparte. Es el caso del profesor José Ignacio Laita de la Rica, fallecido este lunes.
Hombre de profundas creencias cristianas, fue un docente de los que jamás podrían pasar desapercibido. Y de ello dan fe muchos de los estudiantes que tuvieron la suerte de tenerle como profesor. A la indiscutible talla intelectual unía la entrega a una profesión, más allá de los límites habituales.
Laita de la Rica (Zaragoza- 1935) se había criado en Madrid. Catedrático de Griego fue distinguido en 1993 con la Cruz de Alfonso X El Sabio y era hijo adoptivo de San Roque, la ciudad que ha decretado dos días de luto por su muerte.
Al sanroqueño instituto José Cadalso se incorporó en el curso 1979-80 en la especialidad de lenguas básicas. Previamente había pasado por San Felipe Neri, en Cádiz; el Pilar -donde había estudiado-, en Madrid; Nuestra Señora del Prado, en Ciudad Real, y en las localidades de La Línea y Algeciras. En San Roque, desde donde también dio clases para UNED, obtuvo su jubilación, permaneciendo en el municipio hasta su fallecimiento.
Aparte de ser un profesor cercano y dispuesto a ayudar de manera individualizada a los alumnos que lo necesitaran, puso en marcha programas absolutamente novedosos. El José Cadalso fue el primer centro de España que implantó la jornada continuada. Asimismo puso en marcha un plan experimental ampliando las enseñanzas artísticas, técnicas y profesionales, donde se incluían materias como el teatro, la ecología, el periodismo o la informática. Esa “revolución pedagógica” que se completó con las unidades didácticas complementarias, técnica consistente en dedicar dos horas de cada curso a la recuperación.
La petición de la Cruz de Alfonso X El Sabio fue solicitada por la propia asociación de padres de alumnos del instituto sanroqueño, que destacaba: “ha demostrado desde su incorporación al centro un gran celo por mejorar la formación del alumnado. Se ha dedicado con total entrega a fomentar la educación en la libertad y la solidaridad, la convivencia democrática y el respeto a los derechos y libertades fundamentales, para conseguir personas y ciudadanos responsables”. Un párrafo que condensa una vocacional trayectoria y un decidido compromiso.