Permaneció más de cuarenta años de párroco en San Roque

Cuando se cumplen treinta años de su marcha de San Roque y seis de su fallecimiento, continúa en el aire las memorias del antiguo párroco de Santa María la Coronada, Rafael Caldelas López. Según el círculo de amigos del que ejerciera su sacerdocio en la localidad durante más de cuarenta años, el padre Caldelas falleció sin ver publicadas dichas memorias, un deseo que tristemente no pudo disfrutar.
En cualquier caso, los vecinos más cercanos, no han querido pasar por alto la efeméride de su extenso destino en la localidad. En 1990, al cumplir setenta y cinco años el religioso fue jubilado, dejando su puesto al frente de la mencionada parroquia. Con gran dolor se marchó de San Roque, la ciudad que reconocía como propia -había nacido en Puerto Real-, pues como cura propio, puesto obtenido por oposición, tenía consideración de permanente.
Tras su marcha a Cádiz, fue nombrado canónigo de la catedral y capellán del papa Francisco, nombramiento que se hizo efectivo cuando Caldelas había muerto, cerca de alcanzar su noventa y nueve cumpleaños. El óbito se produjo en 2014 y en 2019 sus restos fueron trasladados a la cripta de la catedral gaditana.
Sin embargo, los años cruciales de su vida los pasó el sacerdote en San Roque, donde en 1971 fue nombrado hijo adoptivo y en 2001 se le concedió la medalla de oro de la ciudad.
Entre la labor social que realizó en el municipio destacó la puesta en marcha de la cooperativa artesanal de la palma, el comedor infantil, la Casa Diocesana Cristo Rey, la escuela de la Sierra del Arca, colegio parroquial y la emisora Radio Campaña de Navidad.
Pero una de las facetas más destacadas de Caldelas fue la de amante de la historia de la ciudad. Como investigador publicó en 1976 el libro La parroquia de Gibraltar en San Roque. Desde 1976 a 1983 ocupó el puesto de cronista oficial de la ciudad. En 1984 publicó Gibraltar en San Roque. Cuaderno de Notas. Actas Capitulares 1706-1882.
Por esa época promovió la restauración de la ermita de San Roque, y en 1987 creó en Los Olivillos la capilla de la Santísima Trinidad. Asimismo impulsó los conciertos musicales en la parroquia en colaboración con la concejalía de Cultura.
En 1989 aparecieron los libros Despertador, una densa biografía sobre el beato fray Diego José de Cádiz y Para rezar y andar por casa, donde escribía que “la casa es San Roque, la andadura sus principales edificios, ofrendas, imágenes sagradas…”
En 1998 volvió a abordar el personaje del beato José de Cádiz, coincidiendo con el centenario de la beatificación del mismo.
Tras fijar su residencia en Cádiz continuó sus investigaciones ofreciendo dos nuevos trabajos: La parroquia de Gibraltar en San Roque (Suplemento) y otro sobre el personaje histórico vinculado a San Roque, Conde de las Lomas.