
Son nueve años los que Pablo Niebla Ortega lleva dedicándose a la moda. A este joven sanroqueño de veintinueve años se le puede ver en un pase de modelo o en el anuncio de un conocido refresco. Cumple un sueño difícil de atrapar, sobre todo cuando se alcanza el nivel internacional con que ya cuenta.
Buena muestra de ascensión en este difícil mundo ha sido su trabajo para firmas como Levi´s, Vans, Custo Barcelona, Bikkembergs, Bery, 7Up, Lid´l o Diesel. También lo ha hecho en pasarelas, pudiendo ser seguido por su cercanía a la comarca en Runway (Gibraltar), Larios (Málaga), Marbella Luxury Fashion o South Cádiz.
Esta dedicación la compagina con su trabajo en el sector del golf (San Roque Club), donde también es embajador de la marca Adidas Golf.
Desde sus inicios siempre quiso enfocar su vida en el mundo de la moda de manera profesional. Esa oportunidad de darse a conocer llegó tras la obtención del concurso Caballero de Cádiz.
En este sentido, recuerda que dio sus primeros pasos de manera casual en Gibraltar, de la mano de un buen amigo, que luego se convertiría en el padrino de su primera hija.
A partir de entonces comenzó en una agencia y tras ser contactado con uno de los agentes (bookers) obtuvo una serie de contratos importantes en distintas capitales de España y Europa.
Un paso más fue dado cuando una bookers australiana lo fichó para una agencia de proyección internacional, ofreciéndole salir de España. En ese momento, su carrera dio un giro fundamental. “Puse rumbo a Asia y pude disfrutar de una experiencia personal y profesional que me ha enriquecido enormemente”, reconoce el modelo.
Durante tres meses y medio estuvo en India, viajando desde allí hasta China para una de las campañas. Este nuevo escalón le sirvió de plataforma para consolidarse como modelo de nivel internacional. Agencias con implantación en Turquía, México y Sudáfrica, utilizan sus servicios de manera habitual.
Pablo Niebla reconoce que el suyo “es un trabajo muy reconfortante, conoces a gente, lugares, culturas y países diferentes, pero, lógicamente, también tienen mucho de sacrificio, como la disponibilidad o el esfuerzo para estar en forma”.
De su estancia en India recuerda algunas anécdotas: “la locura del tráfico, que llega a ser caótico, o la comida, tan picante, que me hacía saltar las lágrimas”. Y en China le llamó la atención “la precisión con la que se trabaja, donde no se desaprovecha ni un solo minuto”.
En Pablo Niebla no sólo destaca su categoría de modelo. Nada más hablar con él se percibe su enorme sencillez. Sigue siendo el vecino al que en ningún momento se le ha subido a la cabeza su estatus en el mundo de la moda. “Para nada. Me siento muy orgulloso de ser sanroqueño y siempre que puedo presumo de la ciudad y de su historia”, deja claro y sin dudar. Y su máximo valor: “la familia que me une. Es todo para mí”.